miércoles, 3 de abril de 2019

SANTO VIA CRUCIS 2019

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Oración: Señor Jesús, venimos a acompañarte en esta vía dolorosa para enmendar en lago el dolor que te causan nuestros pecados, sabemos que te entregaste por amor y que tu sacrificio es para nosotros prenda de vida nueva. No dejes que nuestros ánimos decaigan ni que nuestro espíritu se adormezca en la cotidianidad del error. porque para nosotros seria vivir sin una razón que le dè sentido a nuestra existencia. Toma todo lo malo que reposa en nuestro corazón, sèllalo con tu preciosìsima Sangre, para que, unidos a la Iglesia, busquemos reparar la deuda que han merecido nuestras culpas, Danos la oportunidad de ir hasta el final, no solo durante este santo ejercicio, sino especialmente en nuestra vida, para que todo cuanto hagamos sea para honra tuya, beneficio nuestro y para fortalecimiento de la Iglesia. Amén.




ACTO DE CONSTRICCIÓN



Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno, Propongo firmemente no volver a pecar, confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a gozar de la plenitud de la vida eterna. Amén.





I ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE






¡Te adoramos, Oh Cristo, y  te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!



''Les dijo Pilato: y ¿qué voy hacer con Jesús, el llamado Cristo? Dicen todos: ¡Sea crucificado! pero ¿que mal ha hecho? preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: ¡Sea crucificado!. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, se lo entregó para que fue crucificado'' (Mateo 27, 22-23; 26).




Oración: Señor, nos enceguece  la soberbia y la suficiencia no nos permite ver con detenimiento el valor redentor de tu Sacrificio; infunde en nosotros sensibilidad de corazón para reconocer que todos los acontecimientos de nuestra vida tienen valor en sí mismos y más cuando lo acontecido nos lleva a experimentar el dolor y el sufrimiento. Amén.


¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.







II ESTACIÓN: JESÚS CARGA LA CRUZ CON LA CRUZ A CUESTAS


¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!



''Entonces lo entregó para que fuera crucificado, Tomaron, pues, a Jesús, y Él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con Él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio'' (Juan 19, 16-18).



Oración: Señor Jesús, La Cruz es tu trono de Gloria y tu Reinado no es de este mundo, razón por lo cual no te reconocemos y no dejamos que seas Tú quien gobierne nuestra existencia, preferimos otros reyes, pero al sumir su potestad nos alejamos más de Ti y se resquebraja nuestra humanidad. Que la Cruz sea signo de unidad y tu Sangre nos lleve a vivir con total recogimiento la Eucaristía, testimonio vivo de tu Presencia y Majestad en nuestra vida. Amén.


¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.






III ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ






¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!





''¡ Y de hecho cargó con nuestros males y soportó todas nuestras dolencias! Nosotros le tuvimos por azotado, herido por Dios y humillado. Más fue herido por nuestras faltas, molido por nuestras culpas. Soportó el castigo que nos regenera, fuimos curados con sus heridas. Todos errábamos como ovejas, cada uno marchada por su camino, y Yahvé descargó sobre Él la culpa de todos nosotros'' (Isaias 53, 4-6).




Oraciónes: Divino Maestro, asumiste la culpa que merecían nuestros pecados y el peso de la misma hace que tu humanidad caiga por tierra, humillada por la violencia con la que seguimos golpeando tu Cuerpo y tu Divinidad. Sin embargo, no te quedas en el suelo, te levantas anunciando que en tres días has de resucitar, Que el coraje con el que asumiste tu Pasión nos lleve a la conversión y a tomar nuestra cruz valentía y amor. Amén.



¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.





IV ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE



¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!



''Simeón los bendijo y dijo a Maria, su Madre: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción ¡ Y a Ti misma una espada te atravesará el alma! a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones''. Su Madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su Corazón'' (Lucas 2, 34-35; 51).



Oración: Señor de infinita misericordia, tu Madre, la Virgen Maria, sufrió y padeció contigo, y al recibirnos como sus hijos asumió como propio el afán  por nuestra salvación, Ella entra de manera majestuosa en el Misterio de la Redención, es decir, Ella clama como corredentora para que ninguno de sus hijos llegue a la condenación. Jesús, agudiza nuestros sentidos y no permisos que la necedad nos lleve a la perdición. Amén.



¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.






V ESTACIÓN: JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRINEO



¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!






''Cuando lo llevan, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venia del campo, y le cargaron la cruz para que la llevaran detrás de Jesús'' (Lucas 23,26).



Oración: Redentor del mundo, muchas son las tareas que asumimos en nuestra vida, pero ninguna tan valiosa como la que, aunque obligado, asumió el Cirineo. Seguramente a este hombre la bastaron pocos minutos para darse cuenta de que su vida llegó al colmo del sentido después de experimentar tu Amor, tu dolor, tu ternura y tu misericordia. Queremos ir hasta el final, sin dejar de lado nuestras obligaciones, sabiendo que la principal de ellas es la satisfacción y la alegría de tu corazón. Amén.



¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.






  
VI ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS





¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!




''No tenia apariencia ni presencia; (lo vimos) y carecía de aspecto que pudiéramos estimar. Despreciado, marginado, hombre doliente y enfermizo, como de taparse el rostro por no verlo. Despreciable, un Don Nadie'' (Isaias 53, 2-3).


Oración: preciosìsimo Rey, dejaste dibujada tu Santa Faz en el lienzo con el que la Verónica enjugó tu sudor, pero, màs que el paño, fue el corazón de esta sencilla mujer el que se vio cautivado, amado y traspasado por la Majestad del Dios hecho hombre, que transformado en un despojo se humillò  para devolvernos lo que habíamos perdido por el pecado, No merecemos tanto, Señor, perdona nuestras culpas para que por los méritos de tu Sacrificio nos veamos revestidos de tu Gracia. Amén. 



¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.




VII ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ 





¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!



''Soy el hombre que ha visto la aflicción bajo el látigo de su furor. Me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. Ha cercado mi camino con sillares, ha torcido mis senderos. ha quebrantado mis dientes con guijarros, me ha revolcado en la ceniza'' (Lamentaciones 3, 1-2; 9;16).


  


Oración: amado Señor Jesús vuelves a caer. humanamente pareciera que tus fuerzas ya no son suficiente para soportar semejante tormento. ¿Cuantas veces hemos caído ante la fuerza de la tentación, que ha sido capaz de doblegar nuestra voluntad?; ¡muchas veces!, pero Tù, Divino Jesús, no has permitido que nuestra debilidad nos consuma, nos has asistido y nos has dado la fuerza para levantarnos y continuar aun a pesar de nosotros mismos. Que el peso de la Cruz nos lleve a reparar por nuestro pecado y por el pecado del mundo entero. Amén.




¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.

    







VIII ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÈN



¡Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!




Jesús se volvió a ellas y les dijo: Hijas de Jerusalèn, no lloren por mi, lloren màs bien por ustedes y por sus hijos, Porque llegaràn días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron. Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caigan sobre nosotros!. Y a las colinas: ''Sepùltennos''. Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se haré?'' (Lucas 23, 28-31).



Oración: Redentor del mundo, sin importar tu dolor, ves con bondad la pena de los que padecen por tu sufrimiento; dejas de lado lo que sientes y tomas como propio el padecimiento de aquellos que con sincero corazón se lamentan por la injusticia que se està obrando en contra tuya. Aviva los corazones de tus fieles, para que, unidos a tu Pasión, sigan luchando por dejar a su paso tu testimonio, tu Palabra y tu llamada. No permitas que se apaguen las voces de tus hijos, para que el eco de la Cruz resuene en los que aún no te conocen. Amén. 
   



¡Alabada sea la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz! Padre nuestro, Ave Maria y Gloria.






























ESPIRITUALIDAD MISIONERA

 JESÙS SE NOS DA COMO ALIMENTO PARA PERMANECER EN NOSOTROS Objetivo:   Ayudar a los niños y niñas para que comprendan, que para ser testigos...