BIOGRAFIAS DE JUAN XXIII, EL PAPA BUENO (PONTIFICADO: 1958-1963)Y JUAN PABLO II EL PAPA MISIONERO (PONTIFICADO: 1978-2005)
Juan XXIII (latín: Ioannes PP. XXIII), de nombre secular Angelo Giuseppe Roncalli (Sotto il Monte, Bérgamo, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881 Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), fue el papa número 261 de la Iglesia católica entre 1958 y 1963.
En su dilatada labor apostólica, ocupó varios cargos de relevancia en la Iglesia católica en el período de preguerra. Como obispo titular de Areopoli y, más tarde, de Mesembria, desempeñó el cargo de visitador apostólico en Bulgaria desde 1925, luego como delegado apostólico en la misma Bulgaria desde 1931. Fue designado delegado apostólico en Turquía y Grecia desde 1935, cargo que desempeñó durante la mayor parte de la segunda guerra mundial. A fines de 1944 fue designado nuncio apostólico en Francia, donde permaneció hasta 1953. Creado cardenal presbítero de S. Prisca en el consistorio de ese año, fue patriarca de Venecia hasta su elección como sumo pontífice en el cónclave de octubre de 1958. Su pontificado, relativamente breve, fue sin embargo sumamente intenso.
Sus encíclicas Mater et Magistra (Madre y Maestra, 1961) y Pacem in Terris (Paz en la Tierra, 1963), ésta última escrita en plena guerra fría luego de la llamada «crisis de los misiles» de octubre de 1962, se convirtieron en documentos señeros que marcaron el papel de la Iglesia católica en el mundo actual. Pero el punto culminante de su trabajo apostólico fue, sin dudas, su iniciativa personal, apenas tres meses después de su elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II, que imprimiría una orientación pastoral renovada en la Iglesia católica del siglo XX. Con todo, al momento de su muerte acaecida el 3 de junio de 1963, apenas había transcurrido la primera de las etapas conciliares —que finalmente alcanzarían el número de cuatro—, sin haberse promulgado ningún documento y sería Pablo VI quien enfatizaría las propósitos básicos del concilio y lo guiaría a través de las tres etapas conciliares siguientes hasta su final.
Caracterizado por un notable sentido del humor en Italia, se recuerda a Juan XXIII con el cariñoso apelativo de «Il Papa Buono»" («el papa bueno»). Fue beatificado en el año 2000, por el papa Juan Pablo II, durante el «Gran Jubileo» de dicho año. El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de Juan XXIII, que se efectuó conjuntamente con la de Juan Pablo II el día 27 de abril de 2014, según lo anunciado en el consistorio realizado el 30 de septiembre de 2013. A dicha ceremonia, también asistió el papa emérito, Benedicto XVI.2 Además, es junto a Juan Pablo II el papa más.
en 1960 creò el secretariado para la promociòn de la unidad de los cristianos, con contactos con la iglesia ortodoxa, con los lìderes protestantes, con el Consejo Mundial de las iglesias y por su fomentodel dialogo con los judìos. yo nos decìa el Papa Juan Pablo II: '' ha quedado en el recuerdo de todos, la iamgen del rostro sonriente del Papa Juan XXIII y de sus brazos abiertos para abarzar al mundo entero''.
Ministerio sacerdotal
Angelo Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, en Lombardía, Italia. Fue el cuarto hijo de un total de catorce,3 del matrimonio formado por Giovanni Battista Roncalli (1854–1935) y Marianna Giulia Mazzolla (1854–1939). Trabajaban como aparceros. El ambiente religioso de su familia y la vida parroquial bajo la guía del padre Francesco Rebuzzini, le proporcionaron a Angelo formación cristiana.
Angelo Roncalli entró en el seminario de Bérgamo en 1892 y recibió la tonsura dos años más tarde. En 1896 fue admitido en la Orden Franciscana Seglar por el director espiritual del seminario de Bérgamo, el padre Luigi Isacchi. Hizo una profesión de esa Regla de vida el 23 de mayo de 1897. En septiembre de 1900 se trasladó a Roma para continuar su formación sacerdotal en el Pontificio Seminario Romano, formación interrumpica en 1901-1902 por el servicio militar.El 13 de junio de 1903 se doctoró en Teología, frente a un tribunal constituído entre otros por Eugenio Pacelli, quien sería más tarde Pío XII. El 10 de agosto de 1904 fue ordenado sacerdote en la basílica de Santa María de Monte Santo, en la Piazza del Popolo. En 1905, fue nombrado secretario del obispo de Bérgamo, Giacomo Radini Tedeschi, un pastor impulsado por un fuerte compromiso por los desamparados.7 En el año siguiente se le encargó la enseñanza de Historia y Patrología en el seminario de Bérgamo. Ocupó estos puestos hasta la muerte de «su» obispo, como siempre recordaría a Radini Tedeschi, acaecida en 1914.
Durante la Primera Guerra Mundial, ejerció primero como sargento médico y más tarde como capellán militar. En diciembre de 1920, fue llamado desde Roma por el papa Benedicto XV para ocupar el cargo de presidente para Italia del Consejo Central de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, y en 1921 fue designado prelado doméstico por Benedicto XV.
Ministerio episcopal
Arzobispo y delegado apostólico
El papa Pío XI lo designó simultáneamente arzobispo de Areopoli y enviado oficial para Bulgaria el 3 de marzo de 1925. El 19 de marzo de 1925 Angelo Giuseppe Roncalli fue consagrado arzobispo titular de Areopoli; eligió como su lema episcopal "Obedientia et Pax", divisa que tomó del cardenal Caesar Baronius, de quien había escrito un libro y a quien consideraba modelo de obispo. En Bulgaria, realizó su labor apostólica visitando las comunidades católicas y estableciendo relaciones de respeto y estima con otras comunidades cristianas, en especial de la Iglesia Ortodoxa. En una ocasión en Bulgaria fue a visitar a unos heridos internados en un hospital católico que trataba gratuitamente a todas las personas, independientemente de su religión. Estos heridos fueron víctimas de un atentado contra el rey Boris III en una catedral ortodoxa de Sofía, siendo ortodoxos que frecuentaban su lugar de culto. El rey búlgaro quedó tan impresionado que lo recibió en audiencia privada, siendo un acto inédito porque los visitadores apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las relaciones entre la minoría católica y la mayoría ortodoxa eran muy tensas. Hechos como este constituyeron las bases de la futura delegación apostólica. En efecto, su labor fue tan fructífera que se lo designó delegado apostólico para Bulgaria el 16 de octubre de 1931.
El 30 de noviembre de 1934 fue designado Arzobispo títular de Mesembria, y el 12 de enero de 1935 fue nombrado delegado apostólico para Turquía (vicario apostólico de Estambul, antigua Vicaría Apostólica de Constantinopla). El mismo día se lo designó Delegado Apostólico para Grecia, atendiendo desde Estambul los asuntos relativos a ambos países. Por cuestiones territoriales, Grecia estaba en conflicto constante con Turquía, y mantenía una mala relación con la Iglesia católica. Angelo Roncalli fue quien introdujo la lectura del Evangelio en turco, y logró acotar las distancias entre la Santa Sede y las jerarquías ortodoxa y musulmana.
Su intervención para socorrer a miles de judíos de la persecución nazi mientras servía como Delegado Apostólico del Vaticano en Turquía durante la Segunda Guerra Mundial fue proverbial.
El 23 de diciembre de 1944, el papa Pío XII lo nombró nuncio apostólico de Francia. Contribuyó a normalizar la organización eclesiástica en Francia, desestabilizada por los obispos acusados de colaborar con los alemanes. Gracias a su cortesía, sencillez, buen humor y amabilidad pudo resolver los problemas y conquistar el corazón de los franceses y de todo el Cuerpo diplomático. De los 87 prelados católicos acusados inicialmente de colaboracionismo con el régimen de Vichy, finalmente solo 3 fueron removidos de sus sedes, merced a las gestiones de Angelo Roncalli que superaban los formalismos diplomáticos.
Cardenal y patriarca de Venecia
El 12 de enero de 1953 el papa Pío XII lo creó cardenal presbítero con el título de Santa Prisca, siendo designado tres días después como patriarca de la diócesis de Venecia.Durante los seis años en que permaneció en ese cargo, tuvo un desempeño esencialmente pastoral, impulsando el sínodo diocesano.
Como patriarca de Venecia, solía navegar por los canales de la ciudad sin la vestimenta de cardenal, y detenerse para hablar con los gondoleros, las prostitutas y menesterosos, quienes le contaban sus problemas. Su forma de ejercicio del poder se caracterizó por el servicio y el perdón.
Era patriarca de Venecia. Supo que uno de sus sacerdotes llevaba una vida turbia y que frecuentaba un lugar poco digno para un eclesiástico. Pudo suspenderle en sus funciones; pudo aplastarle con su poder; pudo ejercer toda la fuerza de su autoridad. Pero ¿qué hizo? Lo esperó un día en el lugar que solía frecuentar. El sacerdote palidece. El patriarca lo toma del brazo y con naturalidad le pide que le acompañe al palacio. Y una vez en su despacho se arrodilla ante el sacerdote caído y le pide: Por favor, confiesame
Y lo hace con toda humildad y naturalidad.
El sacerdote lo absuelve y el patriarca abrazándolo le dice: «Hijo mío, me gustaría que reflexionases acerca del don maravilloso que Dios te ha dado de perdonar los pecados a los hombres, incluso a tu mismo arzobispo. Que esto te anime a evitar lo más posible el pecado en tu misma vida y como gratitud a Cristo».
Juan Arias, El Dios en quien no creo
Pontificado
El 28 de octubre de 1958, en el cuarto día del cónclave y contando con casi 77 años, Roncalli fue elegido papa ante la sorpresa de todo el mundo. Escogió el nombre de Juan (nombre de su padre y del patrón de su pueblo natal, aunque escogió este nombre en razón de Juan el Bautista y Juan el Evangelista.
Elijo Juan... un nombre dulce para nosotros porque es el nombre de nuestro padre, querido para mí porque es el nombre de la humilde iglesia parroquial donde fui bautizado, el nombre solemne de innumerables catedrales esparcidas por todo el mundo, incluyendo nuestra propia basílica San Juan de Letrán. Veintidós Juanes de legitimidad indiscutible (que han sido Papas), y casi todos tuvieron un breve pontificado. Hemos preferido ocultar la pequeñez de nuestro nombre detrás de esta magnífica sucesión de Papas Romanos. Amamos el nombre de Juan, porque nos recuerda a Juan el Bautista, precursor de nuestro Señor... y al otro Juan, el discípulo y evangelista, quien dijo: «Hijos míos, ámense unos a otros, ámense unos a otros porque este es el gran mandamiento de Cristo». Tal vez podamos, tomando el nombre de esta primera serie de Papas santos, tener algo de su santidad y fortaleza de espíritu, incluso -si Dios lo quiere- hasta el derramamiento de la propia sangre.
Juan XXIII
Fue entronizado el 4 de noviembre (21 días antes de su cumpleaños 77) por el cardenal Nicola Canali, protodiácono de San Nicola in Carcere Tulliano.
Después del largo pontificado de su predecesor Pío XII, los cardenales parecieron escoger un papa de transición a causa de su avanzada edad y de su modestia personal. En referencia a la expresión «papa de transición», su secretario personal comentó:
Ni siquiera debe leerse en sentido negativo esta calificación, porque ahí estaban sus 77 años, y él mismo afirmó: «No puedo mirar demasiado lejos en el tiempo». Sabía que era ya un anciano, no se preocupaba de lo que podría hacer. Habituado a vivir comunitariamente y a no considerar los problemas desde el punto de vista personal, citando a Tibulo, decía Est nobis voluisse satis, para el honor de un hombre es ya mucho haber concebido una empresa, haber pensado, ideado, iniciado algo. Recuerdo su comentario a mi perplejidad y a mi falta de entusiasmo cuando me comunicó la idea del Concilio. Me dijo: «No hay que preocuparse de sí mismo y de quedar bien. En la concepción de las grandes empresas basta con el honor de haber sido providencialmente invitados. Hemos sido llamados a poner en marcha, no a concluir.»
Loris Francesco Capovilla
Ni los cardenales ni el resto de la Iglesia esperaban que el temperamento alegre, la calidez y la generosidad del papa Juan XXIII cautivaran los afectos del mundo de una forma en que su predecesor no pudo. Al igual que Pío XI pensaba que el diálogo era la mejor forma para dar solución a un conflicto.
Enseguida empezó una nueva forma de ejercer el papado. Fue el primero desde 1870 que ejerció su ministerio de obispo de Roma visitando personalmente las parroquias de su diócesis. Al cabo de dos meses de haber sido elegido, dio ejemplo de obras de misericordia: por Navidad visitó los niños enfermos de los hospitales Espíritu Santo y Niño Jesús; al día siguiente fue a visitar los prisioneros de la cárcel Regina Coeli.
Gobierno papal
En su primera medida de gobierno vaticano, que le enfrentó con el resto de la curia, redujo los altos estipendios (y la vida de lujo que, en ocasiones, llevaban los obispos y cardenales). Asimismo, dignificó las condiciones laborales de los trabajadores del Vaticano, que hasta ese momento carecían de muchos de los derechos de los trabajadores de Europa, y además retribuidos con bajos salarios. Por primera vez en la historia nombra cardenales indios y africanos.
Tres meses después de su elección, el 25 de enero de 1959, en la Basílica de San Pablo Extramuros y ante la sorpresa de todo el mundo anunció el XXI Concilio Ecuménico -que posteriormente fue llamado Concilio Vaticano II-, el I Sínodo de la Diócesis de Roma y la revisión del Código de Derecho Canónico. Este Concilio fue inspirado en la figura del papa Pío IX precursor del Concilio Vaticano I y quien, según el papa Juan XXIII, nadie en la historia de la Iglesia había sido tan amado y tan odiado a la vez.
Durante su pontificado nombró 37 nuevos cardenales, entre los cuales por primera vez un tanzano, un japonés, un filipino, un venezolano, un uruguayo y un mexicano.
El 3 de enero de 1962 excomulgó a Fidel Castro, iniciativa amparada en condenas expresadas por el papa Pío XII en 1949
.
En una visita a Europa, el presidente de Argentina, Arturo Frondizi visitó El Vaticano y conoció al papa, quien le dio el apodo de "el estadista de América", también le dijo que en Italia hacían falta políticos como él.
Sus encíclicas
Juan XXIII escribió ocho encíclicas en total, según el siguiente orden cronológico:
· Ad Petri Cathedram (29 de junio de 1959);
· Sacerdotii Nostri Primordia (1 de agosto de 1959);
· Grata Recordatio (26 de septiembre de 1959);
· Princeps Pastorum (28 de noviembre de 1959);
· Mater et Magistra (15 de mayo de 1961);
· Aeterna Dei Sapientia (11 de noviembre de 1961);
Su magisterio social en las encíclicas Mater et Magistra y Pacem in terris fue profundamente apreciado. En ambas pastorales se insiste sobre los derechos y deberes derivados de la dignidad del hombre como criatura de Dios.
La encíclica Pacem in terris fue dirigida no solo a los católicos, sino «a todos los hombres de buena voluntad». Escrita en plena guerra fría luego de la crisis de los misiles en Cuba de octubre de 1962, la encíclica contiene un rechazo incondicional de la carrera de armamentos y de la guerra en sí misma. Sostiene que en la era atómica resulta impensable que la guerra se pueda utilizar como instrumento de justicia. Esto, a su vez, implicó una virtual abolición del concepto de guerra justa.
La justicia, la recta razón y el sentido de la dignidad humana exigen urgentemente que cese ya la carrera de armamentos; que, de un lado y de otro, las naciones que los poseen los reduzcan simultáneamente; que se prohíban las armas atómicas; que, por último, todos los pueblos, en virtud de un acuerdo, lleguen a un desarme simultáneo, controlado por mutuas y eficaces garantías.
en nuestra época, que se jacta de poseer la energía atómica, resulta un absurdo sostener que la guerra es un medio apto para resarcir el derecho violado.
Juan XXIII, Pacem in terris, 112 y 127
Carácter ecuménico
Uno de los principales rasgos del pontificado de Juan XXII fue su carácter ecuménico, en línea con toda su trayectoria pastoral anterior. La convocatoria al Concilio Vaticano II coincidió y no por mera casualidad, con la semana de oración por la unidad de los cristianos. Además del carácter esencialmente ecuménico del concilio, Juan XXIII desarrolló un conjunto de iniciativas tendientes a superar las diferencias existentes entre las distintas confesiones cristianas. El 2 de diciembre de 1960, recibió la visita en el Vaticano del arzobispo de Canterbury, Geoffrey Francis Fisher, con quien permaneció reunido durante una hora. Era la primera vez en más de 400 años, desde la excomunión de Isabel I, que la máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra se reunía con el papa. Esa reunión inauguró una transición, de una etapa de divergencia a otra de convergencia con la actual Comunión anglicana. También recibió a la reina Isabel II, y a personalidades de la Iglesia presbiteriana de Escocia y de la Iglesia episcopaliana. La creación del Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos, con el cardenal Augustin Bea al frente, tuvo una incidencia decisiva, no solo en el desarrollo de las relaciones ecuménicas y en el diálogo con los no cristianos, en particular en las relaciones católico-judías, sino también el propio Concilio Vaticano I
Concilio Vaticano II
El 11 de octubre de 1962 el papa Roncalli abrió el Concilio Vaticano II en San Pedro. Este Concilio cambiaría el rostro del catolicismo: una nueva forma de celebrar la liturgia (más cercana a los fieles), un nuevo acercamiento al mundo y un nuevo ecumenismo. Respecto de esto último, Juan XXIII había creado en 1960 el Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos, una comisión preparatoria al Concilio que más tarde permanecería bajo el nombre de Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. Era la primera vez que la Santa Sede creaba una estructura consagrada únicamente a temas ecuménicos. Para la presidencia de ese organismo el papa designó al cardenal Augustin Bea, quien luego se convertiría en una de las figuras determinantes del Concilio Vaticano II.
Desde la apertura del Concilio, el papa Juan XXIII enfatizó la naturaleza pastoral de sus objetivos: no se trataba de definir nuevas verdades ni condenar errores, sino que era necesario renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos tiempos (un aggiornamento), buscar los caminos de unidad de las Iglesias cristianas, buscar lo bueno de los nuevos tiempos y establecer diálogo con el mundo moderno centrándose primero "en lo que nos une y no en lo que nos separa".Al Concilio fueron invitados como observadores miembros de diversos credos, desde creyentes islámicos hasta indios americanos, al igual que miembros de todas las Iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos, cuáqueros, y protestantes en general, incluyendo, evangélicos, metodistas y calvinistas no presentes en Roma desde el tiempo de los cismas.
Canonizaciones
Juan XXIII canonizó a:
San Martín de Porres, primer santo negro de América (6 de mayo de 1962);
San Pedro Julian Eymard (9 de diciembre de 1962);
San Vicente Pallotti (20 de enero de 1963).
Su muerte, reconocimientos y canonización
El 23 de mayo de 1963 se anunció públicamente la enfermedad del papa: cáncer de estómago que, según su secretario Loris Francesco Capovilla, le fue diagnosticado en septiembre de 1962. El papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del Concilio se desviara de lo estipulado. Así, el mismo papa estaba firmando su sentencia de muerte.
El 10 de mayo de 1963 se le concedió el premio Balzan, que incluyó el voto favorable de los delegados soviéticos, en reconocimiento a su actividad en favor de la paz y la fraternidad entre los hombres. Ante el avance de su enfermedad, se trató de convencerlo de no asistir, a lo que Juan XXIII contestó:
«¿Por qué no? ¿Qué otra cosa podría ser más hermosa para un padre que morir en medio de sus hijos reunidos?»
Al fin, después de sufrir esa grave enfermedad, el papa Juan XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963, hacia las dos y cincuenta. Finalizó sus días sin ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día de la Iglesia". En la memoria de muchos, el papa Juan XXIII ha quedado como "el papa bueno" o como "el papa más amado de la historia".
El 3 de diciembre de 1963, el presidente Lyndon B. Johnson concedió a Juan XXIII a título póstumo la Medalla Presidencial de la Libertad, la más alta condecoración civil de los Estados Unidos. En su discurso del 6 de diciembre de 1963, Johnson dijo:
He determinado también otorgar la Medalla Presidencial de la Libertad a título póstumo a otro hombre noble cuya muerte lamentamos hace 6 meses: su santidad, el papa Juan XXIII. Él era un hombre de orígenes sencillos, de fe sencilla, de caridad sencilla. En esta ensalzada sede, él seguía siendo el pastor gentil. Creía en el debate y en la persuasión. Respetaba profundamente la dignidad del hombre. Él le dio al mundo declaraciones inmortales sobre los derechos del hombre, sobre las obligaciones de los hombres entre sí, sobre su deber de luchar por una comunidad mundial en la que todos puedan vivir en paz y amistad fraterna. Su bondad atravesó los límites temporales para calentar los corazones de los hombres de todas las naciones y de todas las religiones.
Pablo VI, sucesor de Juan XXIII en el pontificado, inició su proceso de canonización en 1965, luego de la clausura del Concilio Vaticano II. Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000, junto con el papa Pío IX. Su fiesta litúrgica quedó fijada el 11 de octubre, día de la apertura del Concilio Vaticano II.
Cuando su cuerpo fue exhumado en el año 2000, corrió el rumor de que se hallaba incorrupto, pero fuentes del Vaticano lo negaron, recordando que había sido embalsamado. Sus restos actualmente descansan en la Basílica de San Pedro, en Roma.
Juan XXIII también es honrado por muchas organizaciones protestantes como un reformador cristiano. La Iglesia de Inglaterra lo considera santo y tanto los anglicanos como los protestantes conmemoran a Juan XXIII como "renovador de la iglesia".
Pier Paolo Pasolini le dedicó una de sus grandes películas, "El Evangelio según San Mateo".
La tumba que ocupaba el papa Juan XXIII, ha sido ocupada por el papa Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril de 2005 hasta el 29 de abril de 2011 cuando fue exhumado para su beatificación.
La prensa italiana informó que la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano aprobó el 2 de julio de 2013 los milagros conducentes a la canonización del beato Juan Pablo II y del beato Juan XXIII.
El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de Juan Pablo II y de Juan XXIII. El 30 de septiembre del mismo año, se anunció la ceremonia conjunta de canonización de ambos papas, que tuvo lugar el 27 abril de 2014.
Películas acerca de su vida
Papa Juan (2002), interpretada por Massimo Ghini y Edward Asner.
El Papa Bueno (2003), interpretada por Fabrizio Vidale y Bob Hoskins.
Juan Pablo II EL PAPA MISIONERO
Juan Pablo II (en latín: Ioannes Paulus II), de nombre secular Karol Józef Wojtyla (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920 – Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el 264.º papa de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.
Tras haber sido obispo auxiliar (desde 1958) y arzobispo de Cracovia (desde 1962), se convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia católica, después del de San Pedro, (se cree que entre 34 y 37 años, aunque su duración exacta es difícil de determinar), y el de Pío IX (31 años).
Juan Pablo II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, recordado especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo, y por su lucha contra la expansión del marxismo por lugares como Iberoamérica, donde combatió enérgicamente al movimiento conocido como la teología de la liberación, con la ayuda de su mano derecha y a la postre sucesor, Joseph Ratzinger.
Jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, finalmente, en toda Europa, así como para la mejora significativa de las relaciones de la Iglesia católica con el judaísmo, el islam, la Iglesia ortodoxa oriental, y la Comunión Anglicana.
Entre los hechos más notorios de su pontificado destacó el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, a manos de Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia entre la multitud. Tiempo después el terrorista fue perdonado públicamente por el pontífice en persona. A este se sumó otro atentado ocurrido en Fátima en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982 a manos del sacerdote ultraconservador Juan María Fernández Krohn, hecho que no trascendió hasta después de la muerte del pontífice.
Fue uno de los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitó 129 países durante su pontificado, hablando además los idiomas siguientes: italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín, así como su natal polaco. Como parte de su especial énfasis en la llamada universal a la santidad, beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos, más que la cifra sumada de sus predecesores en los últimos cinco siglos. El 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, el papa Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011.
El 30 de septiembre de 2013 el papa Francisco anunció que Juan Pablo II sería proclamado santo, al mismo tiempo que Juan XXIII, en una ceremonia conjunta el 27 de abril de 2014. A dicha ceremonia, también asistió el papa emérito, Benedicto XVI.Además, es junto a Juan XXIII el papa más reciente en ser venerado como santo.
Infancia y juventud
Karol Józef nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, un pueblo de Polonia cercano a Cracovia.
Era el menor de los tres hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica, y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo, pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los «cánticos a Dios». Cuando Karol aún era muy pequeño, su madre le decía a otras mujeres: Verán que mi pequeño Karol será una gran persona. Su madre falleció en 1929, cuando él tenía nueve años. Su hermana Olga había muerto antes de que él naciera. Su hermano mayor Edmund, que era médico, murió en 1932 por contagio de una enfermedad cuando curó a un hombre de condición humilde. Junto con su padre, Karol se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad Jagellónica. Su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941 durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi.6 Su padre siempre lo guio en el camino de la fe y el amor cristiano.
Al terminar sus estudios de educación media, una época en la que destacó como consumado ajedrecista (llegando a proclamarse vencedor en varios campeonatos estudiantiles), se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia y también en una escuela de teatro. Cuando las fuerzas de alemanas cerraron la Universidad, en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar que lo deportaran a Alemania. Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de Cracovia. En esa época se unió al grupo del célebre actor polaco Mieczysław Kotlarczyk, creador del teatro Rapsódico, con el cual interpretó papeles de contenido patriótico.
Durante la ocupación alemana de Polonia, cultivó especialmente la cultura, el teatro y las amistades, en el contexto del grupo Unia, formado por jóvenes católicos que pretendían resistir, tanto de forma pacífica (así Wojtyła) como de acción (ayudando directamente a los judíos o haciendo uso de la violencia), a la ocupación nazi. Posteriormente, su situación se complicó y debió refugiarse en los subterráneos del arzobispado de Cracovia.
Importante para su crecimiento espiritual fue la persona de un sastre, Jan Tyranowski, quien le dio a leer a San Juan de la Cruz. Se conocieron en 1940; Tyranowski reunía a un grupo de jóvenes.
Uno de los sitios donde más le gustaba ir a rezar y descansar era Kalwaria Zebrzydowska, donde habían trabajado su abuelo y bisabuelo como guías de los peregrinos que iban allí.
Educación pastoral
En 1943 ingresó en el seminario clandestino que había fundado monseñor Adam Stefan Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, iniciando la carrera de Teología. Fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal.
Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del Pontificio Ateneo Angelicum, obteniendo el doctorado en Teología con la tesis El acto de fe en la doctrina de San Juan de la Cruz.
En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowić, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses. En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica. El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la universidad estatal de esa ciudad.
Era muy popular entre los estudiantes, con los que iba muchas veces de excursión, cosa que no era común en aquellos tiempos, pues podía llamar la atención de las autoridades policiales.
Nombrado profesor de Teología moral y Ética social del seminario metropolitano de Cracovia el día 1 de octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de Ética en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublin, en la que dos años después fue nombrado director de dicha cátedra.
Obispo en Polonia
El 4 de julio de 1958, el papa Pío XII lo consagró obispo auxiliar de la arquidiócesis de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Eugeniusz Baziak.
A partir del 11 de octubre de 1962, comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II, destacando sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa. Realizó una importante contribución a la elaboración de la constitución Gaudium et spes. El cardenal Wojtyła participó también en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos, anteriores a su Pontificado. El 8 de diciembre de 1965 pasó a formar parte de las congregaciones para los Sacramentos y para la Educación Católica, y del Consejo para los Laicos. En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente el papa Pablo VI lo consagró arzobispo de Cracovia. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la época, con 47 años de edad.
Pontificado
Mapa indicando los países visitados por el Papa Juan Pablo II.
El 28 de septiembre de 1978 murió Juan Pablo I en circunstancias no aclaradas, tras un pontificado de 33 días. El 16 de octubre de 1978, tras dos días de deliberaciones del cónclave, Wojtyła fue elegido sucesor de San Pedro, adoptando el nombre de Johannes Paulus pp II (Juan Pablo II), y convirtiéndose, con 58 años, en el Papa más joven del siglo XX y en el primero no italiano desde el neerlandés Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia.
El 25 de enero de 1979 comenzó el primero de sus 104 viajes fuera de Italia, a República Dominicana y México. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano de Lourdes, en Francia. En total visitó 129 países diferentes, algunos de ellos varias veces.
El papa Juan Pablo II en 1993, durante la visita del presidente estadounidense, Bill Clinton.
Juan Pablo II se propuso el gran objetivo de posicionar a la Iglesia como faro y guía del mundo contemporáneo. Ello en cinco direcciones:
•Nueva evangelización: mediante una renovación de la fidelidad a la persona de Jesús de Nazaret y su mensaje de amor universal (Domingo de la Divina Misericordia en 2000, Atto di affidamento delle sorti del mondo alla Divina Misericordia en 2002), en especial hacia los marginados y desfavorecidos, anunciándolo a todos los pueblos, con gran preocupación por la descristianización de Europa.
•Ecumenismo: mediante el diálogo y el encuentro con las demás iglesias cristianas y todas y cada una de las confesiones religiosas.
•Compromiso ético y social: asumiendo la defensa de la dignidad de la persona y los derechos humanos, así como la promoción de la diversidad cultural de los pueblos y el impulso de la justicia social y la moral personal. Ha sido en este punto donde Juan Pablo II ha sido más discutido, al oponerse por igual a las dictaduras marxistas y al capitalismo liberal y, muy especialmente, en su condena del aborto, la contracepción y la fecundación artificial, en aras a la defensa de la vida y la familia. En este terreno Juan Pablo II ha mostrado una clara desconfianza hacia lo que consideraba una cultura de la muerte fruto de un materialismo occidental, al que veía como hedonista, relativista e insolidario.
•Lucha por la paz: a través de la mediación en múltiples conflictos y la condena enérgica de la guerra y la carrera de armamentos, así como la incentivación de iniciativas de reconciliación y el combate de las desigualdades.
Rigor doctrinal: Juan Pablo II ha condenado las posiciones más extremas de la Teología de la Liberación pero ha sido más contundente con el ala más conservadora del catolicismo al excomulgar a monseñor Marcel Lefebvre y desautorizar su movimiento. Juan Pablo II ha dado reconocimiento a teólogos en su día sancionados o cuestionados por sus posiciones aperturistas, creándolos cardenales (Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac, Yves Congar o Walter Kasper, a quien puso al frente de la acción ecuménica de la Iglesia). Sin embargo, a través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por Joseph Ratzinger fue inflexible con Hans Küng, ya condenado por Pablo VI, y con Bernhard Häring o Leonardo Boff, debido a sus posiciones reformistas en materia de teología dogmática y moral y su oposición al magisterio papal. Juan Pablo II se ha mostrado desfavorable a dar de comulgar a los divorciados vueltos a casar, al matrimonio de los sacerdotes y a la ordenación de las mujeres.
A lo largo de sus casi 27 años de pontificado nombró a un total de 232 cardenales.
Como Papa, Wojtyła impuso un estilo desusado al desechar la silla gestatoria usada por sus antecesores para mostrarse en público, se puso a nivel de la calle y de las multitudes, mostrando sus simpatías por niños y adolescentes. Debido a sus múltiples viajes al extranjero fue conocido entre los medios de comunicación, en particular en América Latina, como «el atleta de Dios», «el caminante del Evangelio», el «Papa viajero» o el «Papa peregrino».
Durante su prolongado mandato, Juan Pablo II superó numerosas marcas: no sólo fue el pontífice más viajero hasta el momento, sino también el que proclamó más santos y beatos durante su pontificado (el número de santos y beatos elevados a los altares por él equivale al llevado a cabo en los cuatrocientos años anteriores).
Antes de ser elegido papa, Wojtyła también mostró su capacidad como poeta, filósofo y dramaturgo. Entre sus escritos destaca la obra teatral El taller del orfebre,convertida más tarde en ópera rock. La obra se publicó por primera vez en Varsovia en 1960, cuando Wojtyla era obispo auxiliar de Cracovia, mientras que en España se editó por primera vez en 1980, luego de su elección como papa.
Intento de asesinato de Juan Pablo II
El 13 de mayo de 1981 Mehmet Ali Ağca disparó contra el Papa, mientras éste se desplazaba por la Plaza de San Pedro en un vehículo abierto. El pontífice fue herido en la mano, brazo y abdomen. Pocos años más tarde en diciembre de 1983, el Papa lo visitó a la cárcel de Rebibbia, conversó con él y le otorgó el perdón. El atentado motivó la construcción de un vehículo especial con cristales blindados diseñado especialmente para este tipo de actos y que fue popularmente bautizado como Papamóvil. Un año después, en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II sufrió un nuevo atentado en Fátima (Portugal) adonde había llegado para agradecer a la Virgen María por haber salvado su vida. En esa ocasión un sacerdote español ultraconservador, Juan María Fernández Krohn, quiso ensartarlo con una bayoneta pero fue inmovilizado apenas a tiempo, aunque llegó a visualizarse la presencia de sangre en la vestimenta papal, todo lo cual fue revelado por el cardenal Stanislaw Dziwisz años después. Desde la agresión de Mehmet Ali Ağca comenzó a sufrir diversos problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció luego un cáncer de intestino, la fractura del fémur y de un hombro y, desde los años 1990, tuvo que sobrellevar la enfermedad de Parkinson, de origen genético.
Esto no impidió que, a fines de los años 80, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se producían en el entonces bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída de los regímenes de Europa del Este, según coinciden numerosos historiadores.
El 1 de julio de 1986, Juan Pablo II visitó Colombia —como consecuencia de la tragedia de Armero en Tolima— y fue al lugar de los hechos, y frente a una gran cruz oró por un rato y nombró el sitio como lugar santo en honor a los 25 000 muertos de esa trágica escena que tuvo que vivir el pueblo colombiano una semana después del holocausto de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el cual murieron 80 personas (o incluso más).
Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Irak. En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el Conflicto del Beagle entre Argentina y Chile en 1978, cuando se encontraban al borde de un enfrentamiento.
Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un Papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada Mundial de Oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del obispo Marcel Lefebvre (1988). Ese año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco (Siria), siendo la primera vez que un Pontífice católico pisaba una mezquita y oraba en su interior.
Asimismo, figuran el primer encuentro de un Papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Año Santo de 1983, a partir del cual creó las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires (Argentina), Santiago de Compostela (España), Denver (Estados Unidos), Manila (Filipinas), Czestochowa (Polonia), París (Francia), Toronto (Canadá), Colonia (Alemania), Sídney (Australia), Madrid (España) y Río de Janeiro (Brasil) y, próximamente en el 2016, en Cracovia (Polonia).
También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, MijaílGor bachov,en diciembre de 1989, la normalización de la Iglesia Católica en los países europeos hasta entonces comunistas, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro.
Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica (1992), fruto del sínodo especial de obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.
Juan Pablo II pidió perdón por los errores cometidos por la Iglesia Católica entre ellos, el del científico italiano Galileo Galilei ([1564-1642) a quien la Inquisición le hizo retractarse de sus teorías heliocéntricas el 22 de junio de 1633.
Su gran deseo, que materializó, fue llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro e introducir la Iglesia en el tercer milenio con el Jubileo del año 2000. En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa. Visitó el Monte Nebo, donde (según la Tanaj o Antiguo Testamento) el profeta Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.
Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 los derechos nacionales del pueblo palestino y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994, ofició misa en la plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.
Al concluir su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, que acusaba a la Iglesia Católica de "proselitismo" en su área de influencia y otro a China, donde el régimen comunista prohíbe la obediencia de la Iglesia Católica china a la Santa Sede, además de haber conflictos con el Vaticano a causa del reconocimiento de Taiwán desde 1949.
Muerte
Funeral del papa Juan Pablo II
Tras una fractura en el cuello del fémur, su salud empezó a ser objeto de numerosas especulaciones debido al deterioro físico sufrido y a su avanzada edad, que se incrementaron hasta su fallecimiento en 2005. En aquel año tuvo que ser hospitalizado por un síndrome de dificultad respiratoria. Se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo. Hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por complicación de una infección de vías urinarias.
Falleció el 2 de abril de 2005 a las 21:37 (la noche ante el Domingo de la Divina Misericordia). Pocos minutos después, Monseñor Leonardo Sandri anunció la noticia a las personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al mundo entero. Los días después de su muerte, algunos periódicos publicaron que su última palabra fue "Amén", sin embargo el Vaticano desmintió esta versión y afirmó que las últimas palabras fueron en polaco: "Pozwólcie mi iść do domu Ojca" (Déjenme ir a la casa de mi Padre). La muerte fue comprobada por el cardenal camarlengo Eduardo Martínez Somalo. El Camarlengo comunicó la muerte al cardenal Camillo Ruini, como «Vicario para la Urbe» y el Cardenal-Decano del Colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger, informó oficialmente a todos los Cardenales convocándolos al Cónclave,al declararse la Sede Vacante.
Al ser anunciada su muerte, en medio del rezo del Rosario, el público presente en la Plaza de San Pedro prorrumpió en nutridos aplausos. Las luces de su habitación en el Vaticano se apagaron por un instante para comunicar de esta manera el momento de su fallecimiento, pero luego fueron encendidas nuevamente y así permanecieron.
Su muerte se produjo debido a una septicemia y a un colapso cardiopulmonar irreversible, agravado por su enfermedad de Parkinson. Tenía 84 años y 11 meses. En su agonía, le dictó a su secretario, Stanisław Dziwisz, una carta en la que decía:
"Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con satisfacción. En la Virgen confío todo felizmente". El portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls afirmó inicialmente que el pontífice, en sus últimos momentos, dedicó unas palabras a la multitud, sobre todo gente joven, reunida en la Plaza de San Pedro (Yo los he buscado y ahora ellos vienen a buscarme, les doy las gracias), haciendo el gesto de la bendición hacia la ventana de sus aposentos, hacia los fieles apostados en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, el médico que certificó la muerte ha señalado que el Papa permaneció inconsciente durante los últimos cincuenta minutos de su vida y que, por lo tanto, tales frases tuvo que decirlas al menos una hora antes de su fallecimiento.
Los funerales manifestaron el alto grado de aprecio que sentían por Juan Pablo II, no sólo mandatarios de muchos países, sino también gente de toda condición social. Tuvieron una alta resonancia política por algunos gestos inesperados, como el saludo entre los mandatarios de Israel, Irán y Siria.
Juan Pablo Magno
Después de su muerte, muchos católicos, desde el cardenal británico Cormac Murphy-O'Connor hasta el periódico no oficial del Vaticano L'Osservatore Romano, o su sucesor Benedicto XVI se han referido a Juan Pablo II como Juan Pablo Magno. Aún no se sabe si este póstumo título se impondrá, ya que no existe ningún procedimiento formal para asignar este apelativo.
Muchos seguidores del pontífice demandaron que fuese canonizado tan pronto como fuera posible, gritando Santo Subito ("Santo ya") durante los actos de exposición pública de sus restos mortales y misas de funeral.
Proceso de beatificación
El 13 de mayo de 2005, el cardenal Camillo Ruini, vicario para la ciudad de Roma, dio formalmente por iniciado el proceso de beatificación de Juan Pablo II; para ello, Benedicto XVI concedió el 28 de abril dispensa del plazo de cinco años de espera después de la muerte requerido por el derecho canónico para iniciar el proceso de beatificación, de modo similar a como hizo el mismo Juan Pablo II con el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.
El 2 de abril de 2007, dos años después de su muerte, concluyó la fase diocesana del proceso de beatificación, reuniéndose todos los testimonios sobre su vida y los presuntos milagros, entre los que destaca el de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien aseguró haber sido curada de la enfermedad de Parkinson gracias a la intercesión del Pontífice, que había fallecido dos meses antes.
En una misa que se celebró en la Plaza de San Pedro el mismo día, el papa Benedicto XVI aseguró que el proceso avanza «con rapidez». En tal fecha, finalizada la primera fase de su proceso de canonización, le fue concedido el título de Siervo de Dios.
El 19 de diciembre de 2009, Benedicto XVI lo declaró venerable. Un milagro atribuido a su intercesión fue analizado y considerado inexplicable según la ciencia, por lo que tras diversas reuniones, el papa Benedicto XVI autorizó la beatificación de Juan Pablo II en enero de 2011. La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 1 de mayo de 2011 (Domingo de la Divina Misericordia).
A principios de 2011 el padre Federico Lombardi, portavoz de la Casa Pontificia, anunció la fecha de la beatificación y el traslado de sus restos mortales, que hasta entonces se encontraban en la cripta vaticana, hasta la capilla de San Sebastián de la Basílica de San Pedro, contigua a la de la Piedad de Miguel Ángel.
Este proceso de beatificación ha sido catalogado como el más corto de la historia moderna de la Iglesia Católica, ya que duró seis años y 30 días, superando en un mes el proceso de beatificación de Teresa de Calcuta. A pesar de ello, y según las declaraciones de Lombardi, el proceso se ha hecho de manera minuciosa, con completos estudios sobre el milagro de la curación de sor Marie Simon y la propia vida del Pontífice.
El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autoriza la canonización de Juan Pablo II y de Juan XXIII.
El 30 de septiembre del mismo año, se anunció que la ceremonia conjunta de canonización de ambos papas tendrá lugar el 27 de abril de 2014 (Domingo de la Divina Misericordia).
Relaciones internacionales
Al inicio del pontificado de Juan Pablo II, la Santa Sede tenía relaciones diplomáticas con 84 estados. Al fallecer este Papa, las tenía con 173. Igualmente, participa como miembro de pleno derecho o como observadora en varios organismos internacionales y regionales.
Las 104 visitas internacionales de Juan Pablo II fueron realizadas mayoritariamente en su doble calidad de jefe de estado y el de cabeza de la Iglesia Católica. Por ello el gesto del jefe de estado del país receptor (si es de cultura cristiana) de saludarle primero con la mano (tratándose del encuentro de dos jefes de estado) y eventualmente después con la clásica reverencia y besamanos. El primer viaje que Su Santidad Juan Pablo II hizo fue a Santo Domingo, República Dominicana desde donde se trasladó a México, al que él llamaba «México siempre fiel», una frase que se ha vuelto inmortal. Los países de América Latina que más visitó, fueron México en cinco ocasiones, Brasil en cuatro, República Dominicana y Guatemala en tres (que le servían incluso de sedes para visitar otros países cercanos), y Nicaragua en dos ocasiones, al igual que El Salvador y Venezuela.
Juan Pablo II demostró además ser un hábil diplomático, recién asumido su pontificado debió enfrentar en diciembre de 1978 la crisis prebélica existente entre Argentina y Chile a causa de la aplicación del Laudo Arbitral dictado por la Reina Isabel II de Inglaterra referente al conflicto del Canal Beagle. En momentos en que ambas naciones tenían sus tropas desplegadas a lo largo de la frontera, existen incluso evidencias que indicarían el inicio de las operaciones militares. Juan Pablo II, aprovechando los vínculos de los militares con la Iglesia, influyó decisivamente en impedir el inicio de las hostilidades enviando al Cardenal Antonio Samoré como su representante, obteniendo la separación de las fuerzas y el inicio de un proceso de mediación que culminaría el 29 de noviembre de 1984 con la firma del Tratado de Paz y Amistad entre ambos países.
Fue un extraordinario políglota, ya que no sólo llegó a dominar el polaco, esperanto, griego clásico, latín, italiano, francés, español, portugués, inglés y alemán, sino que también tuvo suficientes conocimientos del checo, lituano, ruso y húngaro, además tenía conocimientos de japonés, tagalo y varias lenguas africanas. Fue un gran deportista en su juventud. Ha sido el primer Papa en hacer uso intensivo de los medios de comunicación y, en especial, de Internet para hacer llegar su mensaje, además de tener acercamientos con líderes de religiones tales como la judía, musulmana, ortodoxa y tibetana (a través del Dalái Lama), entre otras.
Resonancia de su pontificado
Estatua de Juan Pablo II con Nuestra Señora de Guadalupe.
Con uno de los pontificados más largos de la historia, son muchos los hechos significativos en el mismo. Respecto de la política mundial, poco antes de su muerte, la BBC comentó, refiriendo una significativa toma de postura de Mijail Gorbachov: "El Papa —le dijo Gorbachov entonces a su esposa Raisa— es la autoridad moral más importante del mundo y es eslavo". El entendimiento entre ambas personalidades sin duda facilitó el camino hacia la democracia en el bloque oriental". En palabras de Wojciech Jaruzelski, último mandatario en la Polonia comunista, la visita de Juan Pablo II a Polonia en 1979, fue el "detonador" de los cambios. Con ocasión de su fallecimiento, el presidente del Parlamento Europeo, el socialista Josep Borrell, escribía:
Me inclino con respeto ante la memoria de esa gran personalidad que ha marcado de forma determinante la historia del último cuarto de siglo. (...) Imponía el respeto por la claridad de sus opiniones y por la sinceridad de sus continuos esfuerzos en favor de la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y de los derechos humanos. Nadie olvidará sus gestos de apertura y diálogo dirigidos a los representantes de las demás religiones, particularmente durante los encuentros de Asís. La historia recordará el determinante empeño de Juan Pablo II en la reconducción de los Estados de Europa Central y Oriental hacia la democracia y la libertad. Recordará, asimismo, su actividad, a menudo discreta pero decidida, en favor del diálogo entre los pueblos y los Estados en conflicto y por la reanudación de las negociaciones entre los Estados de Oriente Próximo.
El canciller alemán Gerhard Schröder, declaraba que el Papa había «influido en la integración pacífica de Europa de muchas formas. Por sus esfuerzos y por su impresionante personalidad, ha cambiado nuestro mundo».
Se destaca también su empeño en pro de los derechos humanos: "Su empeño como pontífice fue no sólo el difundir el Evangelio, sino el transformar el papado romano en el portavoz de los derechos humanos".
El balance de su vida, desde un punto de vista religioso y personal, lo trazó el entonces Cardenal Ratzinger —luego Benedicto XVI— en el funeral por Juan Pablo II:
«Sígueme», dice el Señor resucitado a Pedro, como su última palabra a este discípulo elegido para apacentar a sus ovejas. «Sígueme», esta palabra lapidaria de Cristo puede considerarse la llave para comprender el mensaje que viene de la vida de nuestro llorado y amado papa Juan Pablo II.
Entre distintas condecoraciones, fue considerado dos veces Una de las 100 personas más influyentes de la revista Time y en 1994, fue nombrado Persona del año.
Controversias sobre su pontificado
Juan Pablo II tuvo que afrontar durante su pontificado y también tras su muerte diferentes controversias tanto a nivel interno de la Iglesia como en el encuentro con el mundo contemporáneo. Entre estas controversias la más célebres fueron:
1. Durante su pontificado, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger (su sucesor en el papado como Benedicto XVI) prohibió la enseñanza a teólogos católicos como Leonardo Boff, dentro de un exitoso movimiento para aislar y neutralizar a los promotores de la Teología de la Liberación en América Latina, o Hans Küng, uno de los más destacados teólogos católicos etiquetados como "progresistas".
2. Los extensos y trabajados documentos de la Congregación destacan aquellos puntos que son incompatibles con la doctrina católica.
3. Otras críticas internas provinieron de los sectores más tradicionales, especialmente debido a la excomunión del obispo francés Marcel Lefebvre, líder del movimiento tradicionalista conocido como la Fraternidad de San Pío X, el 1 de julio de 1988 por consagrar a cuatro obispos sin autorización formal. Juan Pablo II, además de explicitar su tristeza por esa actitud,50 señaló las razones de la decisión en la Carta apostólica Ecclesia Dei presentada en forma de motu proprio: «Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia —que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano—constituye un acto cismático».50 Ya fallecidos Lefebvre y Juan Pablo II, y luego de recibir «el compromiso expresado» por monseñor Bernard Fellay en su nombre y en el de los otros obispos consagrados de «ser y permanecer católicos», de aceptar «todas sus enseñanzas con ánimo filial» y de creer «firmemente en el primado de Pedro y en sus prerrogativas», la censura de excomunión latae sententiae declarada por la Congregación para los Obispos el 1 de julio de 1988 fue levantada por esa misma Congregación el 21 de enero de 2009 «como signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal, y por su medio, llegar a remover el escándalo de la división».
4.Juan Pablo II se mantuvo fiel a las normas de moral sexual emanadas de la encíclica Humanae Vitae, que recordaba la posición de la Iglesia a lo largo de los siglos sobre este tema (promulgada por Pablo VI en 1968). Al igual que Pablo VI esta posición recibió críticas por algunos sectores católicos que proclamaban un cambio de ideología en consonancia con los tiempos; condenó también el uso de anticonceptivos siguiendo a sus predecesores en el pontificado.52 Dicha posición le atrajo duras críticas de sectores que ven a la misma como un obstáculo para la lucha y la prevención de enfermedades de transmisión sexual como el SIDA y el control de la natalidad en países en vías de desarrollo. Sin embargo, dentro de sus principios éticos dio explicaciones profundas a este problema.
5.Su oposición a relajar las exigencias de celibato de los sacerdotes, especialmente después de las presiones de muchos grupos ante los escándalos de algunos ministros en diferentes países.
6.La posición de la mujer dentro de la Iglesia católica: en su vertiente doctrinal reafirmó la doctrina católica de que la mujer no puede ser ordenada sacerdote y en su vertiente administrativa y de gobierno, la estructura de la Iglesia, formada íntegramente por hombres ordenados, no tiene a ninguna mujer en ningún puesto relevante. Paradójicamente y pese a la confirmación de esta antigua tradición, el pontificado de Juan Pablo II es el que más avances ha tenido en cuanto a la posición de la mujer en la Iglesia católica. Algunas mujeres llegaron a representar a la Iglesia de modo oficial en conferencias internacionales. Fue además el primer papa de la historia que escribió un documento extenso dedicado a la mujer, la Carta Apóstolica "Dignidad de la Mujer" en donde se puede leer: "En el Año Mariano, la Iglesia desea dar gracias a la Santísima Trinidad por el «misterio de la mujer» y por cada mujer, por lo que constituye la medida eterna de su dignidad femenina, por las «maravillas de Dios», que en la historia de la humanidad se han cumplido en ella y por medio de ella. En definitiva, ¿no se ha obrado en ella y por medio de ella lo más grande que existe en la historia del hombre sobre la tierra, es decir, el acontecimiento de que Dios mismo se ha hecho hombre?
7. El carácter ecuménico del pontífice: aunque la Iglesia católica adelanta los diálogos ecuménicos con las diferentes iglesias, en el caso de las iglesias protestantes no reconoce a sus ministros ni a sus celebraciones eucarísticas como válidas. Sin embargo, el bautismo de las iglesias protestantes es válido en virtud del antiguo credo ecuménico "un sólo bautismo", siempre y cuando sea de acuerdo a la fórmula trinitaria. Los partidarios de Juan Pablo II, por su parte, reconocen los enormes avances que ha habido en este campo en su pontificado y la correspondencia entre más de 400 años de separación de la Reforma protestante y un proceso de diálogo comenzado abiertamente durante el Concilio Vaticano II.
Intento de la Iglesia Católica de imponer sus opciones morales en el ámbito civil: los críticos expresan que en materia de asuntos relacionados con la moral sexual, como la oposición a la anticoncepción, al matrimonio entre personas del mismo sexo, la experimentación con carácter terapéutico con células madre embrionarias, el aborto y la eutanasia, entre otros, es una interferencia de la Iglesia en el terreno de lo civil. A través de las conferencias episcopales o mediante la participación de la Santa Sede en numerosos organismos y conferencias internacionales, la Iglesia intenta incidir en la legislación a la que considera en contra de la naturaleza humana. Por su parte, la Iglesia, que confirma el principio de libre determinación de los pueblos, acude al derecho de participación democrática como otro sujeto social más con derecho a disentir. Por otra parte, el principal interlocutor de la doctrina y los dogmas de la Iglesia es el creyente y si bien la Iglesia y las iglesias consideran su mensaje moral de carácter universal por estar basado en la dignidad humana, el no creyente viene respetado en su libre albedrío, tal como viene expresado en el Magisterio, del cual Juan Pablo II no se apartó.
8.También fue criticado por visitar países de gobierno dictatorial, como Chile bajo la dictadura de Pinochet o la Cuba de Fidel Castro, o por haber apoyado la labor del nuncio en Argentina durante la dictadura militar, Pío Laghi, que, según defensores de los derechos humanos en Argentina, apoyó tácitamente la represión llevada a cabo por los militares. Al tiempo que esto ocurría, Juan Pablo II criticó públicamente, durante su visita a Nicaragua en 1983 a Ernesto Cardenal, por ocupar un cargo en el Gobierno sandinista, como ministro de educación del régimen que había derrocado la dictadura de Somoza en 1979. Estos incidentes fueron presentados por sus detractores como un alineamiento del papado con las dictaduras militares latinoamericanas. Sin embargo, para otros sectores, visitas como la efectuada a Cuba en 1998, constituyeron un intento del Papa por abrir la dureza de los regímenes, como hizo en Polonia, su propio país.
9. Ha sido también criticado por su excesiva proyección externa y su supuesta obsesión por las ceremonias multitudinarias, con la consiguiente presencia en medios de comunicación. Ello habría contribuido a trivializar la figura del papa, hasta el punto de que diversos ambientes católicos le acusan de haber convertido a la Iglesia en un espectáculo de masas y no en el lugar de espiritualidad profunda que debería ser. El propio Juan Pablo II, sin embargo, solía justificar sus viajes por la oportunidad de hacer presente la doctrina de la Iglesia en todas partes; muchas veces —afirman sus partidarios— su viaje ha sido ocasión de dar a conocer al mundo grandes injusticias que de otro modo habrían quedado oscurecidas, como las graves violaciones a la libertad y los derechos humanos en la Europa Oriental de entonces o los barrios de favelas en Brasil o el atraso económico de tantos países de África.
Encíclicas del papa Juan Pablo II
Juan Pablo II redactó las 14 encíclicas siguientes:
Redemptor Hominis (4 de marzo de 1979)
Dives in Misericordia (30 de noviembre de 1980)
Laborem Exercens (14 de septiembre de 1981)
Slavorum Apostoli (2 de junio de 1985)
Dominum et Vivificantem (18 de mayo de 1986)
Redemptoris Mater (25 de marzo de 1987)
Sollicitudo Rei Socialis (30 de diciembre de 1987)
Redemptoris Missio (7 de diciembre de 1990)
Centesimus Annus (1 de mayo de 1991)
Veritatis Splendor (6 de agosto de 1993)
Evangelium Vitae (25 de marzo de 1995)
Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995)
Fides et Ratio (14 de septiembre de 1998)
Ecclesia de Eucharistia (17 de abril de 2003)
Libros escritos por Juan Pablo II
Mi visión del hombre: Colección de artículos sobre ética escritos antes que Wojtyła fuera elegido papa. En la primera parte de este libro se presenta una "Introducción a la ética", donde el autor expone su opinión sobre los principales temas que afectan al hombre, como el amor, la felicidad o la justicia. La segunda parte, "Ensayos de ética personalista", es una selección de escritos publicados en revistas especializadas. En estos textos Karol Wojtyła ofrece una significativa aportación para la fundación de una ética de tipo personalista y presenta al público en español la escuela ética de Lublin.
Amor y responsabilidad, Razón y Fe
Signo de contradicción
Persona y acción. Este libro, la obra filosófica más importante de Wojtyła, presenta la problemática de la acción y la persona, de cómo la acción nos ofrece el mejor acceso para penetrar en la esencia intrínseca de la persona y nos permite conseguir el mayor grado posible de conocimiento de la misma.
Poesías de Karol Wojtyła
Don y misterio: este libro fue publicado el 15 de noviembre de 1996. La ocasión de la publicación de este libro que ya marca el carácter personal y retrospectivo del escritor, es debido a que se celebraba su 50 aniversario de ordenación sacerdotal. Este libro es un testimonio muy personal pero a la vez abarcador de su vocación sacerdotal: recuerdos y reflexiones, sus memorias sobre los orígenes de su sacerdocio.
¡Levantáos! ¡Vamos!: libro publicado en mayo de 2004, poco menos de un año después de haber celebrado su vigésimo quinto aniversario como Sumo pontífice y a los 45 años de haber sido nombrado obispo, recoge sus íntimas reflexiones sobre su experiencia episcopal. Este libro complementa la exhortación post-sinodal Pastores gregis sobre el ministerio del obispo en la Iglesia del 16 de octubre de 2003. Wojtyła mismo indica que este libro fue tomando forma cuando escuchaba a los demás obispos dar sus testimonios sobre el ministerio episcopal durante el Sínodo de Obispos del año 2000 celebrado en Roma. El tono de este libro es muy parecido a “Don y misterio”. Karol Wojtyła era un hombre que ponderaba lo hermoso del paso de Dios por su vida y reflexionaba en su corazón profundo y emocionado, el amor misericordioso de un Dios Padre y tierno. En este escrito, obra de un anciano físicamente inválido, se evidencia el optimismo cristiano, la esperanza de un creyente ante el misterio de una vocación dificilísima, sobre todo después del Concilio Vaticano II. Wojtyła se alegra al revivir sus experiencias particulares. Hace confidencias y recorre los ríos, montañas, vecindarios, santuarios de su querida Polonia, rescata conversaciones con sus amigos y conocidos. Incluso relata palabras y gestos tales como los del arzobispo de Cracovia que, al recibirlo como obispo auxiliar, dice de él: “Habemus papam”.
Memoria e identidad
Tríptico romano. Meditaciones (2003): Karol Wojtyła afronta las grandes cuestiones de la vida y de su vida, penetrando en el misterio de su elección como papa e incluso en la de su sucesor. Consta de tres partes: la primera, "Arroyo", es una contemplación mística de la naturaleza. La segunda parte, "Meditaciones sobre el libro del Génesis en el umbral de la Capilla Sixtina", es una reflexión sobre el hombre, imagen de Dios, desde la Creación hasta el Juicio Final, inspirándose en la impresionante serie de imágenes de Miguel Ángel que preside el recinto, donde los cardenales se reúnen cada vez que van a elegir a un nuevo papa. La tercera parte, "Monte en la región de Moria", se basa en la evocación de Ur de Caldea, la patria de Abraham, y la conversación entre el patriarca y su hijo Isaac, al que Abraham estuvo a punto de sacrificar en el Monte Moria, como prueba de su lealtad a Dios.
Cruzando el umbral de la esperanza. Libro de entrevistas con el periodista Vittorio Messori.
Discografía
Juan Pablo II fue el primer papa que recurrió a los medios fonográficos para divulgar su mensaje, bien sea en forma de discursos, oraciones (como el Rosario) y cantos gregorianos entonados por él mismo. He aquí una relación aproximada de sus grabaciones:
Año Título Compañía
1994 Rosary (Rosario) Sony Music
1994 Rosary (en idioma francés) Sony Music France
1994 Rosary (en inglés y español) Sony Music
1994 Rosary (en idioma latín) Sony Music
1995 Rosary (en idioma portugués) Sony Music
1999 Abbà Pater
Sony Music Italia
2003 Mai Piu La Guerra EMI Music Italy
Año Título Intérprete Compañía
1989 Cantos Religiosos y Bendición Papal Varios intérpretes Orfeón Discos
1995 Papal Blessing/Ave Maria Varios intérpretes Gateway Records
1998 Poems From The Pope Vittorio Gassman Sourdough Records
1999 From Rome To América Varios intérpretes Sourdough Records
2000 The Gold Collection: Sings the Poetry of Pope John Paul II Sarah Vaughn Fine Tune
Documentales
El Papa que hizo la historia producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido por HDH Communications, 2006.
Juan Pablo II - Os cuento mi vida producido por NOVA-T, distribuido por HDH Communications, 2006.
Las Llaves del Reino - De Juan Pablo II a Benedicto XVI producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido por HDH Communications, 2006.
Juan Pablo II - Su vida, su Pontificado producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido por HDH Communications, 2006.
Juan Pablo II en los 90 (2001). Producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido por HDH Comunications. Este programa fue emitido por varios canales de televisión, a principios del Siglo XXI.
Visita a Chile de Juan Pablo II (1997 - 2005) Producidos conjuntamente por el Centro Televisivo Vaticano y la Corporación de Televisión de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Canal 13) y HDH Comunications. Estos se repartieron en el Diario el Mercurio de Santiago.
Largometrajes
Da un paese lontano (1981), dirigida por Krzysztof Zanussi
Karol: Un hombre que se hizo Papa (2005) (título original "Karol, un uomo diventato Papa", dirigida por Giacomo Battiato)
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