CÓMO JESÙS ORAMOS PARA SER PUENTES DE RECONCILIACIÓN
Comentario: Niños y niñas para ser misioneros de la paz como Jesùs necesitamos convertirnos en promotores de la reconciliación entre los hermanos.
Preparaciòn: Reunidos ante el Santísimo Sacramento, los niños y niñas en actitud de oraciòn y contemplaciòn se disponen a vivir este encuentro. Dibujar un río en papel periòdico y ubicarlo en el piso frente al Santísimo.
Iniciemos este encuentro cantando:
CANCIÒN POR LA PAZ
Porque la muerte jamàs vence a la vida.
Y siempre tras la noche viene el dìa
Aunque hayan quiènes se junten y unan su
oscuridad.
Hay una luz que no podràn apagar....
Iluminaciòn bìblica: ''Trata de ponerte de acuerdo con tu adversario mientras vas de camino con èl no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
Mateo 5, 25.
Reflexión: A continuaciòn compartimos la siguiente historia:
EL PULGAR RENCOROSO
Había una vez una mano cuyos dedos eran muy amigos. Pero ocurrió que el dueño de la mano empezó hacer un trabajo peligroso y a pesar del cuidado que ponía el resto de dedos, el pulgar siempre salía maltratado con cortes y heridas.
Al principio los otros dedos pedían disculpas por su torpeza y el pulgar les perdonaba, pero la situaciòn se repitò tanto, que un dìa el pulgar decidiò no perdonarles màs, asì que se apartò del resto de dedos de la mano.
Al principio el pulgar iba muy digno todo recto y separado, pero aquella posiciòn de los dedos era tan forzada y ridícula, que el dueño tuvo que llevar su mano constantemente oculta en el bolsillo, donde los dedos sufrían con pena el mayor de los olvidos.
Entonces el pulgar comprendiò que todo habìa sido culpa suya, y pidiò perdòn al resto de los dedos, temeroso de que fueran a rechazarle. Pero al contrario, éstos le perdonaron sin problemas porque sabían que todos podemos equivocarnos.
Una vez amigos de nuevo, todos los dedos trabajaron juntos por demostrar al dueño que estaban perfectamente, y en poco tiempo consiguieron volver a salir a la luz, sabedores esta vez de que siempre deberían seguir perdonàndose para no acabar en un triste y oscuro bolsillo.
ACTIVIDAD
A cada niño se le entregarà una piedra, que puede significar la dureza de nuestro corazòn cuando no perdonamos. En oración pidàmosle al Señor Jesùs que habite nuestro corazòn y podamos perdonar. A medida que los niños van haciendo sus oraciones, invitarlos a colocar su piedra en el río dibujado, con el fin de construir un puente que les permita cruzar al otro lado y darse un saludo de paz.
Compromiso: Durante esta semana orarè a Jesùs pidiéndole me ayude a ser instrumento de paz.
Concluyamos este encuentro con cantos a Jesùs Eucaristía.
VIDEO MUSICAL
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