NIÑOS MISIONEROS: SER SANTOS ES SER COMO JESÚS
Objetivo: Los niños misioneros reconocen que para ser santos es necesario aprender a ser como Jesús, imitando sus virtudes.
Ambientación: Para hoy proponemos colocar en un lugar central el nombre del encuentro y preparar los nombres de cada estación, con los signos respectivos. Dar la bienvenida y el niño líder hace la oración.
Ahora se nos propone una virtud muy especial para alcanzar la santidad, ¿Cuál es niños? Así es, el servicio, miremos como Jesús nos da ejemplo: Leer Juan 13, 4-5. Miremos, que el amor también debe hacerse servicio, Jesús lava los pies de sus discípulos y se los enjuga con la toalla, un gesto muy hermoso para que podamos alcanzar la santidad, lavarle los pies a nuestros semejantes, es servirle con alegría, ayudando en todo lo necesario sin hacer mala cara, ni protestar. Reflexionemos:
La última estación nos invita a mostrar que Jesús está en nuestro corazón: Leer: Mateo 6, 3-4. Que alegría es dar sin esperar nada a cambio eso es ser santo cuando ofrecemos de lo que tenemos para ayudar a nuestro prójimo, pero con una condición especial, que lo hagamos de manera discreta que solo nuestro Padre celestial lo vea, como lo propone Jesús. Un santo es el que comparte lo que tiene y de modo especial, compartir a Jesús con el otro. Reflexionemos: Como niños misioneros:
Resonancia: Una vez terminado el recorrido se pide a los niños compartir la experiencia, que aprendieron y a qué los desafía el tema del día de hoy.
Compromiso misionero: En casa realizaré una cartelera donde me dibujare y alrededor escribiré las virtudes que debo poseer para ser santo, luego la pegaré en un lugar visible de mi cuarto.
Nota: Para el próximo encuentro traer algo para compartir con un compañero (galleta, dulce, fruta,etc).
Ambientación: Para hoy proponemos colocar en un lugar central el nombre del encuentro y preparar los nombres de cada estación, con los signos respectivos. Dar la bienvenida y el niño líder hace la oración.
ACTIVIDAD
Se les coloca a los niños que vamos a hacer un pequeño recorrido por cuatro lugares donde aprendemos cómo a ejemplo de Jesús podemos ser santos y en cada uno de ellos reflexionaremos en torno a unas preguntas que respondemos en nuestro cuaderno misionero.
ESTACIÓN 1: AMOR
SIGNO: UN CRUCIFIJO
Estamos en la primera estación donde se nos enseña que para ser santos debemos poseer y poner amor a cada una de las cosas que hagamos. Leer Juan, 15-13. En esto se resume la santidad queridos niños, el amor que nos lleva a actuar a favor de los demás hasta el extremo como lo hizo Jesús. Reflexionemos: Como niños misioneros ¿Estamos poniendo en practica el amor en las cosas cotidianas que hacemos para ser santos?.
ESTACIÓN 2: SERVICIO
SIGNO: UN DELANTAL
Ahora se nos propone una virtud muy especial para alcanzar la santidad, ¿Cuál es niños? Así es, el servicio, miremos como Jesús nos da ejemplo: Leer Juan 13, 4-5. Miremos, que el amor también debe hacerse servicio, Jesús lava los pies de sus discípulos y se los enjuga con la toalla, un gesto muy hermoso para que podamos alcanzar la santidad, lavarle los pies a nuestros semejantes, es servirle con alegría, ayudando en todo lo necesario sin hacer mala cara, ni protestar. Reflexionemos:
- ¿Cuando se me pide un servicio en casa o en otro lugar lo hago con amor y alegría? y ¿porque?
ESTACIÓN 3: ESPIRITUALIDAD
SIGNO: UNA VELA ENCENDIDA
Hemos llegado a esta tercera estación donde nuevamente se nos propone una virtud llamada la espiritualidad que nos hace alusión a nuestra vida en el espíritu, a nuestra vida de oración, Jesús nos dice: Leer Mateo 6,6. Para ser santos debemos poseer una vida espiritual unida a Jesús, por esto no debemos dejar apagar esta vela encendida que representa a nuestra vida espiritual, porque solo asi podemos estar cerca de Jesús. Reflexionemos:
- ¿Como esta nuestra vida de oración?
ESTACIÓN 4: SOLIDARIDAD
SIGNO: UNA LAMINA QUE ILUSTRE LA SOLIDARIDAD
La última estación nos invita a mostrar que Jesús está en nuestro corazón: Leer: Mateo 6, 3-4. Que alegría es dar sin esperar nada a cambio eso es ser santo cuando ofrecemos de lo que tenemos para ayudar a nuestro prójimo, pero con una condición especial, que lo hagamos de manera discreta que solo nuestro Padre celestial lo vea, como lo propone Jesús. Un santo es el que comparte lo que tiene y de modo especial, compartir a Jesús con el otro. Reflexionemos: Como niños misioneros:
- ¿De que manera pongo en practica la solidaridad?
Resonancia: Una vez terminado el recorrido se pide a los niños compartir la experiencia, que aprendieron y a qué los desafía el tema del día de hoy.
Compromiso misionero: En casa realizaré una cartelera donde me dibujare y alrededor escribiré las virtudes que debo poseer para ser santo, luego la pegaré en un lugar visible de mi cuarto.
Nota: Para el próximo encuentro traer algo para compartir con un compañero (galleta, dulce, fruta,etc).
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