El camino sinodal sobre la familia
Ha terminado el Sínodo extraordinario de obispos sobre la familia con la beatificación del Papa Pablo VI. la opinión pública salió un poco desconectada porque se escribieron crónicas en las que la Iglesia parece estar dividida en temas como la homosexualidad, los divorcios, la crisis de la institución familiar, etc. Convendrá puntualizar e informar cuales han sido las claves de este Sínodo extraordinario, que en realidad es preparatorio al Sínodo ordinario, sobre el mismo tema, que se celebrará en octubre de este año. Por eso hemos considerado oportuno tener en cuenta las siguientes claves para resumir lo que ha significado el Sínodo:
un Sínodo es un órgano consultivo del Papa donde participan representantes de todas las conferencias episcopales. Sirve para reunirse con él y debatir temas de actualidad, como lo es, en este caso, la familia, es vivir la ''sinodalidad'' o ''colegialidad'', usando la expresión del Concilio, es decir, ''caminar juntos'' y vivir la corresponsabilidad en la Iglesia bajo Pedro o con Pedro. El Papa Francisco ha pedido a los presentes en el Sínodo, cardenales, obispos, sacerdotes y laicos, hablar con la máxima libertad y así ha sido. '' no tengáis miedo a hablar'' les dijo. Conviene tener presente que la familia. en cualquier situación que se halle, sea de plenitud o de crisis, debe ser acogida, escuchada y acompañada, y para ello, la Iglesia tiene siempre ''las puertas abiertas'' a todos los hombres, por muy irregulares o difíciles que sean sus vidas, por muy cercanos o alejados que estén de Dios.
De otro lado, una cosa es la comprensión y acompañamiento de las familias viviendo con ellas el dolor de una crisis o de situaciones irregulares, y otra, aceptar estas situaciones irregulares como si estuvieran el beneplácito de la Iglesia. el Sínodo no ha venido a cambiar la doctrina, sino actualizar la labor pastoral. El mensaje del Sínodo manifiesta cómo Cristo pasa por las calles y los hogares mostrando la belleza de la familia, reflejada en el '' el testimonio cotidiano que ofrecen muchas familias a la Iglesia y al mundo con su fidelidad, su fe, su esperanza y su amor'', a pesar suele estar marcad por el debilitamiento de la fe y de los valores, el individualismo, el empobrecimiento de las relaciones, el estrés de una ansiedad que descuida la reflexión serena''.
Se asiste asì a ''no pocas crisis matrimoniales, que se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, el dialogo sincero, del perdón reciproco, de la reconciliación y también del sacrificio'', el amor tiende por su propia naturaleza a ser para siempre, hasta dar la vida por la persona amada (cf. Jn 15, 13), dice el mensaje final de allí. que el amor conyugal persista a pesar de las múltiples dificultades del ser humano, siendo uno de los milagros más bellos, aunque también el mas común en un sentido más amplio, el amor no es solo procreación, sino también educación en la fe de los hijos. Esta misión '' es frecuentemente compartida y ejercitada por los abuelos y abuelas con gran afecto y dedicación. Así la familia se presenta como una autentica Iglesia doméstica''. el amor es ''una entrega de bienes, de compañía, de amor y de misericordia, y también un testimonio de verdad, de luz, de sentido de la vida''. Asì mismo, indica el Sínodo que '' El matrimonio es una vocación auténtica y como tal requiere fidelidad y coherencia'', por Ello '' El camino de preparación al matrimonio debe ser largo, personalizado y severo, sin miedo a que disminuya el número de bodas celebradas en la Iglesia''.
la familia debe ser la escuela de alteridad donde se acepta el otro tal cual es, a partir del amor. '' la familia se enfrenta ante' la dictadura del pensamiento único' entorno a los conceptos de familia, vistos de modo secularizado y según las modas de los tiempos. la crisis de valores, es secularìsmo ateo, el hedonismo y la ambición de poder, erosionan a la familia y cambian los valores de unión entre el hombre y la mujer''. esta reunión de los obispos con el sucesor de Pedro y en comunión con él, aunque en una confrontación serena sobre los problemas de las familias, es el síntoma de una Iglesia viva, vigorosa, donde todos hablan desde su perspectiva, queriendo dar lo mejor al pueblo cristiano, si así es aceptado y promulgado por el Papa.
DANIEL BUSTAMANTE GOYENCHE. PBRO
Director Departamento de Matrimonio y Familia
Conferencia Episcopal de Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario