martes, 14 de abril de 2015

SEGUIDORES DEL MAESTRO

ANUNCIO DEL NACIMIENTO DE JUAN BAUTISTA 

(LUCAS 1,1-25)








Zacarìas e Isabel, eran judíos fieles que cumplían con sus obligaciones  religiosas, estaban unidos en un amoroso y sagrado matrimonio y no habían podido tener hijos, ya habían perdido la esperanza porque eran de avanzada edad.

Zacarìas, ayudaba en el templo judío, y un día le correspondió entrar al lugar más sagrado, al santuario de Dios para ofrecer el incienso. En el santuario había un recipiente con carbones ardiendo en fuego y sobre ellos se colocaban granos de incienso, que generaban humo, con agradable olor. Y así, era como en la antigüedad las oraciones tenían un significado especial, las presentaban ante Dios por medio del incienso.


Pero ese día fue maravilloso, mientras el pueblo esperaba a que Zacarìas saliera para darle la bendición, los minutos pasaban.



Zacarìas estando en el santuario se le aparece un Ángel del Señor, que le hace un anuncio sorprendente: Zacarìas e Isabel tendrían un hijo, este niño quedaría lleno del Espíritu del Señor desde el vientre de su madre. Su nacimiento serìa motivo de alegría para muchos y venìa con una misión muy noble: preparar el camino al Mesías (al Señor que viene) a un pueblo bien dispuesto.


    
Zacarìas e Isabel deben darle el nombre de Juan a este niño.





Queridos niños, durante este tiempo que celebramos la Semana Santa, recordemos que debemos acercarnos a Dios.

Zacarìas e Isabel, son un modelo para nuestros padres, los niños debemos buscar que nuestros padres sean santos y nosotros les podemos ayudar a que podamos vivir concretamente la Palabra de Dios, algunas ideas, pueden ser:



  1. Todas las noches leeremos con nuestros padres algún texto de la Biblia.
  2. les daremos la bendición antes de que vayan a dormir y les pediremos su bendición.
  3. en las mañanas antes de ir al colegio y ellos al trabajo, repetiremos la bendición.
  4. Antes de las comidas, daremos gracias a Dios por los alimentos.
  5. El domingo iremos juntos a misa y participemos en ella.
  6. Cuando veamos que nuestros padres están preocupados, disgustados o tristes, los tomaremos de la mano y oraremos junto.     


Todos nosotros tenemos una tarea, tan importante como la que tuvo Juan, pero esta tarea la realizamos poco a poco y día a día; conforme vamos creciendo, nos llenamos de sabiduría y conocimiento.




ACTIVIDAD


Piensa y comparte con tus compañeros cuáles son esos actos en los que eres bueno; en qué ayudas a tu familia y cómo complaces a Dios.  





         

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