viernes, 13 de enero de 2017

TALLER ESPIRITUAL PARA TODOS

''YA NO QUEDA MÀS VINO''




''Este fue el comienzo de los signos que realizò Jesùs, en Canà de Galilea; asì manifestò su gloria y creyeron en Èl sus discìpulos''. (Juan 2, 11).




INVITACIÓN: 

En enero vivimos el cambio del tiempo litùrgico, de la Navidad  al Tiempo Ordinario, lo que hace que pasemos de la alegìa a cierta quietud en la fe. Sin embargo, este mes contiene riquezas por descubrir. Este taller espiritual buscarà mantener encendida esa llama alegre que se encendiò en Navidad, desde la perspectiva del Evangelio de San Juan 2, 1-11: Las bodas de Canà, donde el vino que da el Señor es motivo de alegría; diferente al que da el mundo.




ILUMINACIÒN BÌBLICA:



  • ''Al quedarse sin vino, por haberse acabado el de la boda, le dijo a Jesùs su Madre: 'No tiene Vino'. (Juan 2,3).
  • '' El campo està arrasando, la tierra està de luto, porque se ha perdido el grano, se ha secado el nèctar jugoso, y se ha agotado el aceite''. (Joel 1, 10).
  • ''Esto dice Yahvè: Como cuando uno encuentra un racimo jugoso y dice: 'No lo eches a perder, porque es una bendiciòn', asì harè yo por amor a mis siervos, evitando destruirlos a todos''. (Isaìas 65,8).
  • ''Yo darè a tus tierras la lluvia de su tiempo, lluvia de otoño y lluvia de primavera, y Tù cosecharàs tu trigo, tu uvas y tu aceite: Yo darè a tu campo hierba para tu ganado, y comeràs y te hartaràs''. ( Deuteronomio 11,14-15).



Y CUANDO SE ACABA EL VINO ¿QUE HACER?



La vida està llena de alegrìas y tristezas, momentos dulces y amargos, no podemos ser ciegos y pensar que todo serà ''color de rosa'', pues parte de nuestra responsabilidad como creyentes consiste en identificar aquello que se opone al querer de Dios para transformarlo. las dificultades llegaràn y debemos estar preparados, de manera que cuando se acabe el vino de alegrìa, la prosperidad y la estabilidad, no nos derrumbemos. Con frecuencia vemos hermanos que pasan con facilidad de la alegrìa desbordante a la total depresiòn, lastimando no solo su propia vida sino tambièn la de los demàs. Formar una estable y valiente personalidad ante las dificultades es uno de los grandes retos para el creyente.


La Palabra de Dios nos muestra, como lo vimos en los textos que citamos, que el vino es motivo de alegrìa, jùbilo y celebración, pero que si no se conserve con cuidado, se echa perder. Esto mismo sucede en nuestra vida de fe: el ''vino'' pasan, pero el verdadero vino de la alegrìa, que es la Sangre de nuestro Señor, permanece para siempre. Por esto, cuando se acaba el vino terrenal, debemos nutrir nuestra vida con el vino espiritual: la Sangre de nuestro Señor en el sacramento de la Sagrada Eucaristía.



Ante la crisis, la respuesta no se rendirse, sino levantar el rostro, confiar en el Señor y continuar adelante. En el relato de las bodas de Canà el Señor vuelve a animar una fiesta que ya estaba a punto de terminar, pues en Èl todo encuentra plenitud. Por ùltimo, fijèmonos en la Santísima Virgen Marìa, quien estuvo atenta para interceder por quienes necesitaban a su Hijo adorado, el vino de la vida eterna, que no se agota por el querer humano sino que se mide por la misericordia divina.



Hermanos, tenemos en frente un año que inicia: no permitamos que el vino bueno de la fe que hemos fortalecido con la Navidad se eche a perder o se termine. Esforcèmonos por estar atentos de nuestro camino espiritual, orando por nuestros tiempos de crisis.




Algunas pistas para alcanzar y conservar el vino bueno de la fe


  1. Consagrar a Dios todas nuestras obras, triunfos, retos, fracasos y dificultades, Èl nos conoce y sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos, aun asì es bueno tener una relaciòn confiada con el Señor.
  2. Leer, meditar y orar todos los dìas con el Evangelio, Jesùs es el ''Vino Nuevo'' del Padre; Èl es la plenitud de la Alianza. Por tanto, conocer la Palabra de Dios nos permitirà saber còmo debemos obrar para obtener el vino de la vid verdadera.
  3. Ser moderado con el ''vino de los hombres'', que se fundamenta en halagos, lujos y poder. El ''vino'' del Señor es de los humildes y de los pobres que necesitan de Èl.
  4. Participar de la Sagrada Eucaristía y comulgar de manera especial, si la ocasiòn lo permite, con las dos especies consagradas: pan y vino.
  5. Rezar el Santo Rosario bìblico, acompañado de la lectura bìblica de cada misterio.




REFLEXIONEMOS:



  1. ¿En què momentos de mi vida he sentido que el ''vino'' de la alegrìa y de la esperanza se acaban?
  2. ¿Que actitudes tomo frente a la tristeza y a las dificultades de la vida? ¿Evado, afronto o me dejo vencer?
  3. ¿A què me comprometo para alcanzar y conservar el vino de la vida que me entrega el Señor en su Palabra y en sus Sacramentos?



SEÑOR: TÙ ERES EL PAN Y EL VINO DE MI VIDA






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