domingo, 6 de septiembre de 2015

ROSARIO A LOS SIETE DOLORES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA

SANTO ROSARIO A LA SANTÍSIMA VIRGEN



          
                       





Hermanos, la Virgen Marìa es Madre de Dios y Madre nuestra, no solo en los momentos de gozo, sino también, en las situaciones difíciles y dolorosas, si confiamos en Ella como lo hizo el Señor Jesús, siempre contaremos con su intercesión para salir adelante. Entreguèmosle a Ella las dificultades de nuestra familia, trabajo y comunidad, rogándole, que bendiga cada una de nuestras intenciones. Contemplemos un dolor de la Virgen y, por cada uno de ellos, siete Ave Marìas. Recomendamos acompañar cada Dolor con su lectura bíblica.




LA PROFECÍA DE SIMEÒN   (LUCAS 2, 22-35)  









Oración: Madre de amor, te damos infinitas gracias y te veneramos por tu valentía, ya que respondiste con generosidad a la voluntad del Padre y no te acobardaste al saber del dolor que llegaría. Te suplicamos, Madre, que acojas a todos los hombres y mujeres que se preparan para ser padres de familia, para que no se dejen vencer por el temor, sino que asuman con alegría el don que el Señor les concede. Amén.

+ Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.




LA HUIDA A EGIPTO (MATEO 2, 13-15)







Oración: Santísima Virgen Marìa, Tù que junto con San Josè huyeron para resguardar sus vidas y la del Señor Jesús, protege a todas las familias que se ven forzadas a dejar sus tierras por causa de la pobreza, la violencia o la industrialización, para que se mantengan unidas y nunca les falte lo necesario para llevar una vida digna y llena de amor. Amén.  



 + Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.







EL NIÑO PERDIDO EN EL TEMPLO (LUCAS 2, 41-45)




Oración: Virgen Santísima, Madre de toda la Iglesia, a tu cuidado nos acogemos y te suplicamos que no permitas que nos alejemos por ningún motivo de Ti. Llena de fortaleza a todas las familias que tienen seres queridos desaparecidos o secuestrados a causas de la violencia, para que el dolor y la angustia de no tener noticias de ellos, no les haga perder la fe, menos aún el amor y la unidad. Amén.

  
 + Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.






MARÌA SE ENCUENTRA CON JESÚS CAMINO AL CALVARIO (JUAN 19, 28)









Oración: Madre de bondad y de misericordia, Tù nunca nos abandonas y siempre nos recuerdas el inmenso amor del Padre, te suplicamos que nos des la claridad de mente y de corazón para no desconfiar de la Providencia Divina, sino que como Tù, Santa Madre, enfrentemos la Cruz de las dificultades con la esperanza de la vida. Amén.  



 + Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.






JESÚS MUERE EN LA CRUZ (JUAN 19, 17-39)




Oración:
Amada mamita Marìa, te damos infinitas gracias por tu protección y compañía en las situaciones dolorosas de la vida. Hoy te entregamos a todos los padres y madres de familia que han perdido a sus hijos por la violencia, la inseguridad, la injusticia, los vicios y el pecado para que sanes sus corazones y les permitas encontrar la paz y el perdón que necesitas. Amén.



 + Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.



LA VIRGEN MARÍA  RECIBE EL CUERPO DE JESÚS AL SER BAJADO DE LA CRUZ (MARCOS 15, 42-46)









Oración: Madre de bondad y de misericordia, Tù eres nuestra luz y nuestra compañía cuando atravesamos por la tristeza, el dolor o la desesperación. Por tu intercensiòn, llénanos de tu amor y de tu confianza en el Padre para que no seamos derrotados por las dificultades, sino que en todo salgamos, como tu adorado Hijo, victoriosos  ante la muerte y el pecado. Amén.




+ Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.




JESÚS ES SEPULTADO (JUAN 19, 38-42)




Oración: Virgen Marìa, Madre de Dios y Madre nuestra, no permitas que nos alejemos de los caminos de Dios, y concédenos ser como Tù, personas consagradas totalmente a la voluntad del Padre. No permitas, te lo suplicamos, que sintamos tristeza o nostalgia por lo que hemos dejado atrás; antes bien, limpia nuestra mirada para que veamos con claridad las bendiciones que Dios derrama en nuestra vida. Amén.

+ Padre Nuestro, siete Ave Marìas, Gloria.




ORACIÓN FINAL





Señor Jesucristo, Salvador y Redentor nuestro, en tus manos colocamos nuestra vida y la de nuestro, en tus manos colocamos nuestra vida y la de nuestros seres queridos para que hagas, en cada uno de nosotros, tu Santísima  Voluntad. Guíanos, te lo suplicamos, con tu Espíritu Santo y no permitas que caigamos en la amargura y el antitestimonio. Amén.  





                                                                                                        

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