martes, 1 de diciembre de 2015

NOVENA DE AGUINALDOS

NOVENA DE NAVIDAD






¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! Hermanos, el Señor está cerca, preparémonos con gozo para su Venida, de manera que nos encuentre firmes y perseverantes en el amor. Para esto, unámonos como familia e Iglesia en el rezo de esta Novena, con el fin que juntos dispongamos todo para la Encarnación del Hijo de Dios. 



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS  





Benignisimo Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio, Yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de Él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesùs, recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 


(¡Se reza tres veces el Gloria al Padre!)





DÍA PRIMERO 





Consideración: Amados hermanos, la Palabra es aquello que nos hace humanos, que viene a nosotros y nos transforma en criaturas nuevas. Con Ella se hizo el mundo, y sin Ella nada de lo que existe pudo haber sido creado. Dios pronunció la Palabra: '' Háganse  la luz y la luz fue hecha''; es decir, desde el seno infinito de Dios Padre, Ella es engendranda; es una con Él. El Verbo de Dios es el rostro del Padre; solo Él puede comunicarnos lo que es Dios verdaderamente. Quien lo ve a Él, ve al Padre; quien lo acoge como Palabra verdadera, acoge al que lo envió y Él le da la posibilidad de ser su hijo. Hermanos, en este primer día de la Novena de Navidad, presentemos atención a la invitación que nos hace la Sagrada Escritura, que nos renueva sin importar la edad que tengamos: volvamos de nuevo al seno de quien hemos salido, al seno del Padre, no por medio, sino por amor y esperanza.



ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA





Soberana Maria, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplico que Tù misma prepares mi alma, y la de todos los que en este tiempo hacen esta novena, para el Nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcìsima Madre!, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que Tù le aguardaste, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 (Tres veces el Avemaría y un Gloria).
          



ORACIÓN A SAN JOSÈ







¡Oh Santísimo Josè!, esposo de Marìa y padre putativo de Jesùs, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan  excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abraces en fervorosos deseos  de verle y recibirle sacramentalmente, mientra en su divina Esencia le vea y goce en el Cielo. Amén.


 (Padrenuestro, Avemaría y un Gloria)



GOZOS PARA LA LLEGADA DEL NIÑO DIOS 






                                                      dulce Jesùs mio                                                       
 mi niño adorado
                         ¡Ven a nuestras almas!                      
¡Ven no tardes tanto!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!


¡Oh sapiencia suma 
del Dios Soberano
Que a nivel de un niño
te hayas rebajado!
¡Oh divino infante, 
ven para enseñarnos
la prudencia que hace
verdaderos sabios.


¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!


¡Oh Adonai potente,
que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste
los mandatos!
¡Oh, ven prontamente 
ven para rescatarnos
y que un niño débil
muestre un fuerte abrazo! 

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

¡Oh, raíz sagrada
de Jesè que en lo alto
presentas al orbe
tu fragante nardo!
¡Dulcìsimo Niño
que has sido llamado
Lirio de los Valles 
bella flor del campo!

 ¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!


¡Llave de David,
que abre al desterrado
las cerradas puertas
del regio palacio!
¡Sàcanos, oh niño, 
con tu blanca mano,
de la cárcel triste 
que labró el pecado!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!


¡Oh, lumbre de Oriente, 
Sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas
tu esplendor veamos!
¡Niño tan preciado,
dicha del cristiano,
luzca la sonrisa 
de tus dulces labios!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!

¡Espejo sin mancha,
Santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas,
salva al desterrado
y en forma de niño,
da al misero amparo!


¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!


¡Rey de las naciones,
Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo,
Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas
con suave cayado,
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!

¡Ábranse los cielos
y llueva de lo alto,
Bienhechor rocío
como riego santo!
¡Ven, hermoso niño!
¡Ven, Dios humanado!
¡Luce, hermosa estrella,
brota flor del campo!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!

 ¡Ven, que ya Marìa
previene sus brazos
de su Niño vean,
en tiempo cercano!
¡Ven, que ya Josè,
con anhelo sacro,
se dispone a hacerse
de tu amor sagrario!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!

¡ Del débil auxilio,
del doliente amparo,
consuelo del triste,
luz del desterrado!
¡Vida de mi vida,
mi Dueño adorado,
mi constante Amigo,
mi divino Hermano!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!

¡Veànte mis ojos, 
de Ti enamorados,
bese ya tus plantas
bese ya tus manos!
¡Postrado en tierra,
te tiendo los brazos,
y aun más que mis frases 
te dice mi llanto!

¡Ven a nuestras almas!
                                                               ¡Ven no tardes tanto!

¡Ven, Salvador nuestro,
por quien suspiramos!
¡Ven a nuestras almas
¡Ven, no tardes tanto!


                                                                                 

ORACIÓN AL NIÑO JESÚS





Acuérdate, ¡Oh dulcìsimo Niño Jesùs! que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento y en persona suya a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: ''Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te sera negado''. Llenos de confianza en Ti. ¡Oh Jesùs!, que eres la verdad misma, venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto, Nos entregamos a Ti, ¡Oh Niño Omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica.

Amén.     





DÍA SEGUNDO



''No temas, Zacarìas, porque tu petición ha sido escuchada: Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan'' (Lucas 1, 13).




Consideración: Hermanos, Dios escucha nuestras súplicas, y nosotros también tenemos que abrir nuestro corazón y oídos a su Palabra. Ella no puede ser lanzada al aire y caer en terreno infèrtil ni entre espinos; tiene que ser Buena Noticia, viva y eficaz como espada de doble filo, que poda las ramas y quitas los sarmientos secos, para que lo que nos estorba, le de pasó a lo que verdaderamente tiene importancia: dar frutos buenos. Nada que sea infecundo le pertenece a Dios o lo quiere para Él; solo se complace en los hijos, que con su Palabra, es rechazar sus dones y aceptar la imperfección en nuestra vida. Seamos pues, en este segundo día de la Novena, hombres y mujeres fecundos, capaces de llenar el Portal de Belén (nuestra vida), con los mejores dones que Él nos ha dado, de manera que mostremos al mundo la alegría y la novedad de tu Nacimiento. 







DÍA TERCERO






   

''Porque no hay nada imposible para Dios. Dijo Marìa: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y el ángel dejándola, se fue'' 
(Lucas 1, 37-38)




Consideración: Queridos hermanos, el misterio de la Anunciación, consiste en que la criatura se vuelve Madre de su Creador. La Palabra pronunciada desde el seno del Padre, es asumida por Marìa en su carne, que es el vientre de toda la humanidad. La carne que asume el Verbo, será para la Cruz, la Resurrección y la Salvación, Jamás Jesùs devolverá la carne que asumió en el seno de Marìa, pues Él es verdadero Dios y verdadero hombre. La Santísima Virgen se ha hecho '' esclava del Señor'', no para humillarse, sino para romper todas las cadenas producidas por el pecado, comenzando una nueva humanidad: Ella es la nueva Eva. Nada hay imposible para Dios; Él rompe todas las lógicas humanas de la riqueza, la pobreza, el servicio y el poder, y nos reviste con su desnudez, amor, misericordia y justicia. Ahora, hermanos, podemos entrar en el paraíso, porque Él nos ha redimido, no solo con su Cruz, sino también con su Encarnación, palabras y ejemplo. Que este tercer día de la Novena nos lleve a ser '' esclavos y servidores de Dios'', haciendo carne en nuestra vida lo que Él quieres de nosotros.            





DÍA CUARTO




'' En aquellos días, se puso en camino Marìa y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judà; entró en casa de Zacarìas y saludó a Isabel'' (Lucas 1, 39 - 40).




Consideración: Hermanos, ponerse en camino es la exigencia que Dios hace a todos sus hijos. El que ha recibido la Palabra, no puede permanecer quieto, tiene que salir de sí mismo, porque Ella es Buena Noticia. La Palabra es como fuego que nos devora, una fuente que rebosa, un soplo que empuja nuestra nave, Ponermos en camino implica dejar lo que no nos deja caminar (dinero, Lujos, prepotencia, etc), no porque sean malos, sino porque hemos conocido una meta más grande, un camino más estrecho pero que conduce a la verdadera felicidad y un amigo que nunca defrauda: el Señor Jesùs. Estamos a la expectativa de la Navidad; todo a nuestros alrededor ha cambiado, quizás hemos hecho ya la compra de los regalos y tenemos arregladas nuestras casas; solo hace falta que Él llegue. Lo tenemos que preguntamos en este cuarto día de la Novena, hermanos, es si en realidad nos hemos puesto en camino y hemos salido en su búsqueda, o si por el contrario, estamos ya con la casa llena de cosas materiales, pero vacía de su Presencia, Jesùs no solo es el que nace en el pesebre; Él es Buena Noticia. Por esto necesita mensajeros para ser transmitida por toda nuestra Judea (nuestros ambientes). Pongámonos en Verbo de Dios, la Luz del mundo que trae la paz.





DÍA QUINTO
 





'' Se cumplió a Isabel el tiempo de dar luz y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella'' (Lucas 1, 57- 58).



Consideración:  Amados hermanos, el tiempo es la ilusión sobre la que se juegan nuestros afanes y proyectos; tenemos que hacer tanto, pero disponemos de tan poco tiempo, que desearíamos que los días y las noches fueran más largos. Tristemente, cuando tenemos más tiempo, no siempre lo aprovechamos correctamente, pasando por alto los compromisos que tenemos con Dios y con los demás. Entonces, ¿qué es lo importante en nuestra vida? ¿ En qué estamos  invirtiendo nuestras energías y tiempo?  Para esta pregunta podemos encontrar múltiples respuestas como personas hay en el mundo, pero para la esterilidad (pecado, sufrimiento, dificultades), tal como lo experimentó Santa Isabel (''la que llamaban estéril''), quien a pesar de su edad avanzada, concibió un hijo. Hermanos, estamos ya en la mitad del rezo de la novena; propongàmonos metas claras en nuestra vida de fe, para que aprovechemos el tiempo que el Señor nos regala y demos los frutos que Él espera de nosotros.




DÍA SEXTO


''El Nacimiento de Jesùs, el Mesías, sucedió asì: su Madre, Marìa, estaba comprometida con  Josè y, su esposo, que era un hombre justo, pero no quería denunciarla públicamente, resolvió, repudiarla en secreto. El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: Josè, hijo de David, no temas tomar contigo a Marìa como esposa tuya, porque la criatura que espera es obra del Èspiritu Santo'' (Mateo 1, 18-20).



Consideración: Queridos hermanos, a lo largo de nuestra vida hemos necesitados tantas cosas, y como decíamos en el día anterior, trabajamos muchas veces demasiado para conseguirlas, olvidándonos de si son importantes o no. ''Marta, Marta, te preocupas de muchas cosas, pero solo una es importante''; estas son palabras duras, aunque dichas con amor, porque el amor es exigente. Cuando verdaderamente escuchamos la Palabra del Señor, tenemos que decir ''Si'' a su llamado, sabiendo que optamos por un bien absoluto, no parcial. Esto fue lo que hizo hace dos mil años una sencilla aldeana de Nazaret al decir ''Si''; una respuesta que la puso en camino y la llevo a estar de pie frente a la Cruz de su Hijo; a estar en oración y perseverar con los discípulos  hasta el final, Hermanos, Dios no nos da una misión o una carga que no podamos llevar, Él nos da los medios, su Santo Espíritu, su fuerza y las personas a nuestro alrededor, para cumplir la misión. No temamos en aceptar lo que Dios nos pide, porque nada que venga de su Providencia puede causarnos daño o sufrimiento. Esto lo comprendió perfectamente San Josè, quien dejó a un lado su miedo y aceptó con nobleza y cariño lo que el Padre había dispuesto para su vida: ser esposo de Marìa y padre del Señor Jesùs.                   
   


DÍA SÉPTIMO





''Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesùs, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados'' 
(Mateo 1, 21).





Consideración: Hermanos, la esperanza de los oprimidos, la salud de los enfermos, la alegría de los tristes y el consuelo de los desesperados, es el Señor Jesùs. Toda dificultad se puede convertir en motivo de esperanza y confianza; son justamente estos sentimientos los que nos impulsan a seguir buscando y luchando, creyendo en que superaremos las adversidades, Sabemos que desde el fondo de toda la Creación y en lo profundo de nuestro corazón, hay una fuerza que clama ''Abba'' (Padre). Una voz que pide resurrección y plenitud; unos ojos que buscan entre las oscuridades del mundo, a un hermano, un amigo y un maestro; un alma que clama por su Mesías. Él y solo Él puede salvarnos de los pecados y llevarnos al lugar de donde pertenecemos, a ese paraíso que un día abandonamos por desobediencia. Ahí está Dios esperándonos; solo basta pronunciar su Nombre para que todo lo que pidamos se nos conceda. Jesùs es la llave que abre la puerta de la misericordia del Padre; Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Que este séptimo día de la Novena avive para servir y anunciar la verdad a toda la creación.            





DÍA OCTAVO 



''Pues bien, el Señor mismo les dará una señal: ¡Miren! la joven está en cinta y dará a luz un Hijo, al que le pondrá por nombre Emmanuel'' (Isaias 7, 14).





Consideración: Queridos hermanos, el mundo tiene dolores de parto; hombres y mujeres cansados por el dolor, el miedo, la enfermedad y las injusticias. Sin embargo, anhela amor, felicidad, verdad, fraternidad así sean en pequeñas dosis; quien toma de ellas, se vuelve portador de Dios al mundo. Si asumimos su Palabra, estamos henchidos de su Presencia. Solo de una forma espiritual, el hombre como la mujer se vuelven fecundos en el Espíritu, y pueden proclamar como San Pablo; '' ya no soy yo, es Cristo que vive en mi''. Él es el Emanuel, el Dios-con-nosotros; no está ausente, está presente, Él es nuestro alfa y omega, norte y sur, oriente y occidente. Todo en el mundo nos orienta a Él, incluso si encontramos dolor, miedo, enfermedad, rencor, etc., pues son oportunidades grandiosas para sembrar los valores del Reino (paz, sanación, amor, reconciliación, etc.), y solo lo hacen los valientes, los que no se conforman y caminan hacia el Padre. Que este penúltimo día de la Novena nos lleve a cuestionarnos por la actitud que tenemos frente a la vida, pensando si está llena o no, de la alegría y la esperanza del Evangelio.          





DÍA NOVENO





''Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenìan sitio en el alojamiento'' (Lucas 2, 6-7).





Consideración: Amados hermanos, estamos de fiesta en este día, ha nacido Jesùs, el esperado de las naciones, el Mesías que tenìa que venir. El mundo celebra sin darse cuenta, que desde hace más dos mil años, el Señor Jesùs nace con los pobres y los abandonados, con los que no cuentan, con el lujo y los excesos. Hoy el mundo tiene abiertos los centros comerciales para comprar los regalos, y Él, a quien celebramos -el Señor-, no recibirá nada de lo que se puede comprar, porque lo que Él nos da no tiene precio, y lo que nos pide tampoco. Muchos estarán con sus familias, mostrando lo que han comprado, pero no sabrán qué es la Navidad, la cual nos coloca en una relación nueva con el Padre. La familia hoy ha crecido; ya no somo huérfanos espirituales, porque por el Hijo todos hemos sido adoptados; en la humildad de sus pañales y en su pesebre que hará de cuna, nosotros somos vestidos y protegidos. Hermanos, limpiemos nuestro corazón de todo apego material y alojemos en él al humilde Niño que ha nacido, al hombre de la calle, a la mujer privada de su libertad, al violento y a quienes han sido abandonados en ancianatos, hospitales y orfanatos, para que nadie pase esta Navidad sumergido en la tristeza o en el dolor. Que Dios nos conceda una noche llena de luz, amor y paz, en compañía de nuestros seres queridos y en torno a nuestro Salvador.
         





¡FELIZ NAVIDAD 
LES DESEA LA 
INFANCIA MISIONERA!








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