viernes, 19 de junio de 2015

PALABRAS Y SIGNIFICADOS

CONOZCAMOS LOS SIGNIFICADOS INRI Y JHS










¿QUE SIGNIFICA INRI? 





Para la mayoría de los historiadores y biblistas, la presencia de esta inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret presente de forma unánime en los cuatro evangelios canónicos constituye uno de los datos más sólidos del carácter histórico de su pasión.


Es la sigla de la frase latina IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM, la cual se traduce al español como: «Jesús de Nazaret, rey de los judíos». Se trata de un monograma,1 un acrónimo de la versión latina de la frase que, según el Evangelio de Juan, habría sido colocada en una tablilla por orden de Poncio Pilato, como explicación de la causa de la condena de Jesús a muerte de cruz.

La frase, que aparece en una placa o tablilla llamada «título» (titulus), varía ligeramente en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento: se encuentra en su versión más corta en el Evangelio de Marcos15:26 («El rey de los judíos») y en el de Lucas 23:38 («Éste es el rey de los judíos»); es más extensa en el Evangelio de Mateo 27:37 («Éste es Jesús, el rey de los judíos»), y completa en el de Juan 19:19 («Jesús de Nazaret, rey de los judíos»). De esta última versión surge el acrónimo. Muchos crucifijos, imágenes de la crucifixión y obras artísticas que la representan, incluyen el título con el acrónimo INRI, ocasionalmente grabado de forma directa en la cruz, y ubicado usualmente por encima de la figura de Jesús.

En el Evangelio de Juan, se explica además la inscripción:

 Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús de Nazaret, el rey de los judíos.»
 Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego.
 Scripsit avtem et titvlvm Pilatvs, et posvit svper crvcem. Erat avtem scriptvm: «Iesvs Nazarenvs, Rex Ivdæorvm.»
Hvnc ergo titvlvm mvlti Ivdæorvm legervnt : qvia prope civitatem erat locvs, vbi crvcifixvs est Iesvs, et erat scriptvm hebraice, græce, et latine.
Juan 19:19-20.


El titulus y la inscripción



En la crucifixión romana, el título (titulus) era una tablilla que tenía por función especificar el motivo de la condena: generalmente precedía al condenado de camino al lugar de ejecución, o se la colgaba de su cuello. Aunque no eran imprescindibles, las inscripciones eran habituales, y existía cierta liberalidad en la redacción, al punto de permitirse burlas o ironías mordaces. Fuera del Nuevo Testamento, existen muchas constancias de la existencia de tal práctica, citada por diferentes historiadores. En la tablilla constaba su nombre, eventualmente su lugar de residencia, y la causa por la que había sido condenado.


En todos los casos, el objetivo era desalentar a otros a cometer el mismo crimen. En el caso de Jesús de Nazaret, solo el Evangelio de Juan menciona la existencia de un título propiamente dicho. Pero los cuatro evangelios canónicos concuerdan en que el cargo conducente a la condena de Jesús a muerte de cruz se hallaba especificado en el sitio mismo de la crucifixión.



En el Evangelio de Juan, la inscripción aparece redactada en tres lenguas: en hebreo (que Wikenhauser y Brown, entre otros, sugieren podría ser el arameo, la lengua del país, ya que el Evangelio de Juan suele aludir al idioma arameo como "hebreo"), en latín la lengua oficial, y en griego koiné la lengua conocida en todo el mundo de entonces y en que se escribió el mismo Evangelio de Juan. El pasaje del Evangelio de Juan gana en solemnidad con la indicación de la escritura en tres lenguas.



El cargo condenatorio: «rey de los judíos»



En el Nuevo Testamento, se titula a Jesús como «rey de los judíos» o «rey de Israel» en distintos momentos, y en dos de ellos se vincula con situaciones dramáticas. Según el Evangelio de Mateo, luego de la Natividad los magos llegados del Oriente llamaron "rey de los judíos" a Jesús (Mateo 2:1-3). Como resultado, el rey Herodes se sobresaltó, y terminó por ordenar la matanza de los inocentes (Mateo 2:16-18). Asimismo, en el relato de la pasión de Jesús, el uso de la expresión «rey de los judíos» es central en el proceso civil desarrollado ante el prefecto romano Poncio Pilato.20 Su pregunta a Jesús « ¿Eres tú el rey de los judíos?» resulta unánime en los cuatro evangelios canónicos (Marcos 15:2; Mateo 27:11; Lucas 23:3; Juan 18:33-37). La acusación de los judíos hacia Jesús de ser un rey antecede a la pasión (Lucas 23:2), y constituye el cargo que da lugar a su crucifixión.


Jesús no reniega de ese título (Juan 18:37) pero precisa que su reino no es de este mundo (Juan 18:36), de modo que no se trata de un título cuya área de incumbencia coincida con la del César.

Los evangelios terminan por manifestar la realeza de Jesús, incluso a través de los gestos mismos que lo vilipendian:

después de la flagelación (ver además Cristo en la columna) y coronación de espinas, los soldados lo saludan con sorna al usar el título de «rey de los judíos» (Marcos 15:17; Mateo 27:28-29); los soldados colocan una inscripción en la cruz, en la que se usa el título de «rey de los judíos», según lo señalado en la sección anterior; y los asistentes a la crucifixión se mofan de la realeza supuestamente irrisoria de Jesús (Mateo 27:42; Lucas 23:37). Sin embargo, uno de los ladrones crucificados con Jesús reconoce su carácter y le pide que se acuerde de él cuando llegue a su reino (Lucas 23:42).

En el Nuevo Testamento, el título de «rey de los judíos» aparece sólo en boca de los gentiles o paganos (magos de Oriente, Poncio Pilato, soldados romanos) mientras que los líderes judíos prefieren la denominación de «rey de Israel» (Mateo 27:42; Marcos 15:32).22 Pero desde la perspectiva de Poncio Pilato, el vocablo «rey» (independientemente de que sea «de los judíos» o «de Israel») resulta un término sensible por sus connotaciones de posible rebelión contra el Imperio romano.




Historicidad del cargo



Raymond Edward Brown señala que no resulta verosímil que el cargo por el cual se condenó a Jesús de Nazaret («rey de los judíos») sea una invención, puesto que nunca aparece como una confesión cristiana. La reacción de Jesús ante ese título, tal como se refiere en Juan 18:37 («Tú lo dices»), indica que él no lo habría elegido para sí mismo.24 Para la mayoría de los historiadores la mención de una inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret de forma unánime en los cuatro evangelios canónicos, es un dato consistente del carácter histórico de su crucifixión.



INBI


Algunas Iglesias ortodoxas de Oriente usan las letras INBI del texto griego de la inscripción en la cruz, Ἰησοῦς ὁ Ναζωραῖος ὁ Bασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων.

Algunos cambian el título por ὁ Bασιλεὺς τοῦ κόσμου (el Rey del Mundo), no implicando que esto es en realidad lo que estaba escrito, sino que eso es lo que debió haberse escrito. También otras Iglesias Ortodoxas de Oriente (como la de Rumania), utilizan la abreviación INRI.

En hebreo la frase es ישוע הנצרת ומלך היהודים (Yeshúa' HaNatserat Mélej HaYehudim, en el AFI: [je'ʃuəʕ hɑnɑsˤe'ratʰ meleχ hɑjehu'ðiːm]).

Es posible que el título fuese escrito en arameo, la lengua vernácula de Cristo, en vez de en hebreo. En España es común usar la expresión «para más inri», cuyo significado es «para mayor escarnio».



En sociedades esotéricas



Algunas sociedades esotéricas relacionadas con el pensamiento gnóstico y la hermenéutica atribuyen al acrónimo INRI orígenes paganos, es decir, anteriores a la cristianización. Lo interpretan como Igne Natvra Renovatvr Integra, que significa «Por el fuego se renueva completamente la naturaleza».También se interpreta el acrónimo como In Necis Renacere Integer, que significa «En la muerte renace intacto y puro».











¿QUE ES JHS?



IHS (a veces JHS) es un monograma del nombre de Jesucristo.




Origen


El monograma IHS aparece en los primeros siglos de nuestra era, a partir del nombre griego de Jesús: Ιησούς (en mayúsculas ΙΗΣΟΥΣ), del que sería abreviatura. Esta abreviatura es IHΣ, siendo sustituida la sigma final por la S, pero permaneciendo la eta griega, por su similitud con la H latina, y quedando como lo conocemos ahora.

Desde el siglo VI se encuentra la errónea grafía «Ihesus».



Interpretaciones posteriores



El olvido del origen del monograma dio lugar a etimologías populares:


  1.    I. Iesus Hominum Salvator (‘Jesús salvador de los hombres’, en latín) o incluso
  2.  Iesus Hierusalem Salvator (‘Jesús salvador de Jerusalén’).
  3. In Hoc Signo vinces (‘con esta señal vencerás’), creada por el emperador romano Constantino (272-337), quien afirmaba que antes de la batalla del Puente Milvio se le había aparecido el acrónimo IHC junto a su expansión explicativa: «In Hoc Signo vinces», haciendo referencia a que si él se convertía al catolicismo, vencería en la batalla. Sin embargo, tras ganar la batalla Constantino adoptó como símbolo el lábaro (estandarte) con el monograma XP (ΧΡιστός: Khristós: Cristo).
  4.   I Have Suffered (yo he sufrido, haciendo referencia al sufrimiento de Cristo en la cruz), en inglés (un idioma moderno, que no existía en los primeros siglos del cristianismo, cuando se creó el monograma) y
  5.   Jesus Heiland Seligmacher (Jesús Bendito Salvador), en alemán (un idioma moderno, que no existía en los primeros siglos del cristianismo, cuando se creó el monograma).
  6.   Jesús Hostia Sagrada, en español (un idioma moderno, que no existía en los primeros siglos del cristianismo, cuando se creó el monograma).

Extensión del monograma



    La devoción incitada por el religioso francés san Bernardo (1090-1153) por el nombre de Jesús como representación de la divinidad en sí mismo y, más tarde por la utilización que del monograma hizo el aristócrata italiano Juan Colombini (1304-1367), lo hicieron muy popular.

     Predicadores como san Vicente Ferrer (1350-1419) o san Bernardino de Siena (1380-1444) solían utilizarlo en sus sermones, e incluso a vincularlo a los milagros que unían a estos sermones, que a menudo se acompañaban de conversiones y curaciones masivas. 
     

     El militar y religioso español san Ignacio de Loyola (1491-1556) adoptó el monograma en su sello de superior de la Compañía de Jesús (1541), y de esa manera se convirtió en el emblema de su instituto.


Iconografía





    Este monograma se encuentra en numerosos cuadros y relieves, a menudo en solitario, pues su sola presencia ya es una representación de Jesús para los cristianos. Además a menudo se encuentra asociado con otros símbolos también representativos de Jesucristo o muy cercanos a él simbólicamente.





La cruz


   
   La representación desde el paleocristianismo es muy rica y variada, acompañándose a menudo de otros elementos, como la cruz. La cruz ha acompañado al monograma tanto en mayúsculas (ilustración de la derecha) como en minúsculas, a menudo usando la h minúscula para simbolizar a la vez la cruz atravesándola con un trazo, especialmente utilizando para ello las minúsculas góticas, como en la ilustración de la izquierda.




Jesús


     Unida a la vinculación con la cruz, se ha dado la representación del monograma IHS junto a Jesús, a menudo crucificado, si bien se ha dado también junto con el niño.




Los clavos



    Otro símbolo del martirio de Jesús que se une a la cruz en la representación del monograma son los clavos, que pretenden recordar aquellos que clavaron a la cruz a Jesucristo durante su crucifixión. Por lo general estos clavos se representan en número de tres, figurando la representación clásica de la crucifixión de Cristo en la que un clavo atraviesa cada mano y un tercero ambos pies, puestos uno sobre otro.



      

Crismones



     Se dio durante el románico su inclusión en los crismones, afirmando la presencia del hijo en la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) que se unía a este símbolo cristiano, si bien ambos en realidad remiten al mismo símbolo: el de Jesús.




Compañía de Jesús



    El monograma IHS fue adoptado como sello por Ignacio de Loyola, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús, con lo que devino en símbolo de la Societas Jesu. Tras usarlo así Ignacio en su sello como general o superior de esta orden, los jesuitas a menudo lo unen a unos rayos solares que se desprenden del símbolo.

     El papa Francisco, miembro de la orden jesuita, tiene en su escudo personal el monograma IHS.





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