jueves, 1 de octubre de 2015

OCTUBRE MES MISIONERO

LA EVANGELIZACIÓN, UNA RESPONSABILIDAD DE TODOS LOS BAUTIZADOS 






'' Vayan, pues y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he enseñado. Y estén seguros que Yo estaré con ustedes día tras día, hasta el fin del mundo''.  Mateo 28, 19-20.





Amados hermanos, por nuestro Bautismo hacemos parte de la Iglesia, y ella tiene la tarea fundamental de anunciar la Buena Nueva del Señor, tanto que el Papa Pablo VI dijo: ''La Iglesia existe para evangelizar'' (Evangelii Nuntandi 14). Ante esta realidad, surgen en nosotros algunas preguntas esenciales: ¿Que es evangelizar? ¿Por qué la misión de la Iglesia nos incumbe? ¿Que es lo que tenemos que anunciar? ¿A quienes debemos evangelizar? ¿Que condiciones requiere el evangelizador?


Partamos de una realidad; el mundo ha cambiado profundamente y muchos de los valores que se tenían como ''absolutos''  o ''verdaderos'' ya ni se tienen en cuenta. El acelerado desarrollo de la tecnología y la globalizaciòn impone modelos de vida caracterizados por el lujo y los excesos. En esta sencilla panorámica de realidad, no podemos pasar por lo alto la diversidad de propuestas religiosas y culturales, lo mismo que el generalizado recelo por los asuntos religiosos. ¿Que actitud vamos a tener? ¿Nos encerramos en nuestras seguridades? ¿solo condenamos y atacamos al mundo?








El Concilio Vaticano II ha sido una de las mayores bendiciones que hemos recibido, pues estableció las bases y los parámetros para un justo diálogo, encuentro y renovación de la Iglesia con el mundo. Para comenzar, el Concilio nos recuerda que la Iglesia está en el mundo, y que no se puede olvidar de él, sino que tiene que comprenderlo y ayudarlo con todas sus energías, Esto se nota claramente cuando anuncia que ''los gozos y tristezas del hombre de hoy son a su vez, los gozos y las tristezas de los discípulos de Cristo'' (Gaudim et Spes 1). De igual manera, el Vaticano II nos recuerda que no podemos encerramos en nosotros mismos y en nuestras seguridades, sino que tenemos que abrirnos para ayudar a la persona (Gaudium et Spes 3. 10). Para esto, se nos recuerda la parábola evangélica del vino y los odres (Marcos 2, 18-22), diciéndonos que '' el mundo exige nuevas respuestas y nuevas síntesis'' (Gaudium et Spes 5). Por último, el Concilio nos da la clave para poder anunciar al Señor en nuestro tiempo '' a la luz del Evangelio y de la Experiencia humana'' (Gaudium et Spes 46); es decir, tomar lo positivo del mundo para enriquecer nuestra fe, y al tiempo, brindar lo mejor de nuestra fe para transformar la realidad.



Hermanos, cada uno de nosotros es responsable de la evangelización porque el Señor asì nos lo ha confiado y nos ha hecho parte de su familia ( Iglesia); por eso, tenemos que descubrir cuál es nuestra vocación y, desde ella, ser felices y construir un mundo mejor. esto lo comprendemos con las palabras  de la Sagrada Escritura: '' Sean santos como mi Padre es Santo'' (Mateo 4, 48; 1 de Pedro 1, 16). Ser santos es servir al Evangelio con toda nuestra vida, por eso seamos quienes seamos ( agricultores, profesores, constructores, amas de casa, panaderos, políticos, militares, etc). estamos llamados a ser testigos de la Verdad, según sus propios ambientes.



Teniendo claras estas dos ideas: Todos somos responsables de la evangelización y compartimos la vocación a la santidad. llegamos a un tema fundamental en la labor misionera y evangelizadora; el mensaje que tenemos que anunciar. El Papa Francisco ha insistido en que volvamos a lo esencial de nuestra fe ( Eclesiástico 32, 8). Jesucristo '' es el rostro de la misericordia del Padre, El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra'' . Es así de sencillo, si queremos ser evangelizadores y santos, tenemos que tener nuestra  vida y nuestro actuar centrado en la persona del Señor Jesús. ¿ Cuántas veces perdemos tiempo insistiendo en que las personas memoricen oraciones y no en que se encuentren con el Señor? Lo primero es lo primero, y lo demás '' viene por añadidura''. Si nos sentimos identificados con lo que aquí se escribe, se estará realizando en nosotros lo que dice el Evangelio: ''por sus obras los conocerán'' (Mateo 7, 20).



Hermanos, octubre es un mes consagrado a la misión y a Nuestra Señora del Rosario, por eso no podemos pasar por lo alto nuestro compromiso evangelizador, pensando que es tarea de otros o que solo lo cumplimos por momentos. Tengamos presente que en cualquier lugar donde nos encontremos tenemos que hablar del Señor, no solo con palabras, sino con nuestras propias actitudes y acciones. si  llegamos a este punto, nuestro matrimonio, la familia, el trabajo y la comunidad verán en nosotros a una persona nueva, en la que habita Jesús. ¿ Que rostro de Dios estamos mostrando a nuestro prójimo? ¿ Un Dios castigador y justiciero? ¿ Un Dios mercader con el que tenemos que negociar? ¿Uno al que le gusta el sufrimiento humano? ¿O uno que nos ama y que lo ha entregado todo en la Cruz por nuestra Redención? '' Muestren el rostro misericordioso de Dios, un Dios que ama y acoge, que perdona y llama a la conversión'' ( Papa Francisco). No limitemos el amor de Dios, y mucho menos atentemos contra su verdadero rostro, imponiendo nuestras ideas a los demás.






   

En conclusión, amados hermanos, ser discípulos y misioneros del Señor es una tarea de todos nosotros, por lo que tenemos que asumirla con amor y responsabilidad. Pero como Dios nos ama y quiere para nosotros la felicidad, nos llama a una vocación particular, a través de la cual podemos transformar el mundo y anunciar la Buena Nueva  de la Salvación. que este mes, dedicado a las misiones, nos permita avivar nuestra fe, de manera que brillemos ante el mundo no por el lujo y los excesos, sino por ser testigos de la Verdad.    








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