ADOLESCENCIA MISIONERA: ESPIRITUAL MISIONERA

ACOJAMOS A MARÍA COMO VERDADERA MADRE Y COMPAÑERA DE CAMINO

Motivación:

Queridos adolescentes, hoy vamos a acoger a Marìa como madre y compañera fiel del camino. Ella, nos enseña sobre la verdadera fidelidad a Dios, cumpliendo con prontitud la voluntad de Dios en su vida.

AMBIENTACIÓN:

Buscar un lugar adecuado para realizar un desierto espiritual con los adolescentes, puede ser una capilla u otro sitio.

CANTO:

SANTA MARÌA DEL CAMINO

Mientras recorres la vida,

tù nunca solo estás:

contigo por el camino,

Santa Marìa va.

Ven con nosotros a caminar, 

Santa Marìa, ven. (2)

Aunque te digan algunos

que nada puede cambiar,

lucha por un mundo nuevo,

lucha por la verdad.

VÍDEO MUSICAL

PAUTAS PARA LA ACTIVIDAD:

• Aprovechemos para preparar nuestro corazón de la mano de Marìa, compañera fiel, para el nacimiento del Niño Jesùs.
• En silencio cada adolescente realiza su reflexión tomando como base el texto de Jn 2,1-12. con base a lo reflexionando en la palabra de Dios, escribir el cómo cada uno ha acogido en sus vidas a Marìa como verdadera madre y compañera de camino.
• Compartir en plenaria las reflexiones y a manera de oración resaltar las virtudes de Marìa, destacando la que le gustaría asumir para su vida, siguiendo el ejemplo de Marìa.  

PARA REFLEXIONA EN FAMILIA:


''Marìa, es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros y derrama inmensamente la cercanía del amor de Dios''. (EG. 286).

ORACIÓN FINAL:

Bendita sea la Virgen Marìa 

entre las mujeres,

bendito su Hijo y bendito, sea Dios,

nuestro Padre, fuente de toda gracia 

y bendición.

cuando Marìa visitó a su prima Isabel 

le llevó la presencia de Jesùs y fue 

fuente de gozo para ella.

Te pedimos Dios, que cada vez 

que encontramos a nuestros 

hermanos y hermanas,

podemos llevarles también nosotros

la presencia de Jesucristo e iluminarlos con el esplendor

de su gozo. Amén.